• hace 7 años
Cada vez que abordamos como tema del programa la ‘crisis Israel-Palestina’, se plantea siempre un desafío.

Porque aunque en la historia y en el relato de los hechos, estén bien definidas las cosas —desde luego, para el intelectual independiente y no manoseado por el "imperialismo-sionismo"—, siempre emergen cuestiones y decisiones insospechadas del régimen israelí.

Como la actual, que fue cerrar, o si se quiere poner uno más antropológico, secuestrar la Explanada de las Mezquitas, donde está Al-Aqsa, y no permitir que los palestinos, los musulmanes, practiquen su religión y su fe del rezo del viernes en su templo más santo, el tercero más sagrado del mundo musulmán.

En las últimas semanas, las autoridades israelíes (así como sus fuerzas policíacas-militares) han incrementado la violencia. Es por eso que hoy volvemos a tocar con urgencia este foco caliente y rojo del planeta, incendiario de Oriente Medio y termómetro en la correlación mundial.

En las últimas semanas la muerte se ha extendido. Tan sólo en este fin de semana se ha ultimado a 5 palestinos. Ya son más 300 los muertos desde el inicio de la nueva ola de violencia, en octubre del 2015, incluidos también 45 israelíes fallecidos.

La represión no sólo ha crecido con plomo mortal, sino con palo, lacrimógeno y golpizas, sino es que las famosas detenciones administrativas sin juicio ni acusación, cada vez que lo digo, empero, sorprende un acto anti-Derecho en el año 2017.

Si no es la violencia física, es la violencia en masa, social, no sólo individual. Ponerle arcos detectores de metal y cerrar la Explanada de las Mezquitas, aunque ya la reabrieron por no soportar la presión, es un acto infame, lo califican las autoridades de Palestina, ya que priva del derecho religioso, del derecho a la libertad de expresión y de pensamiento a miles de palestinos.

"Es violar la legislación internacional. No vamos a permitir que el Gobierno de la ocupación socave el lugar”, promete el ministro de Asuntos Religiosos palestino, Yusuf Dais. A su vez, el líder palestino, Mahmud Abás, ha también reaccionado según allegados.

“No se permitirá ningún cambio en el statu quo que lleve a la pérdida del control musulmán sobre la Explanada de las Mezquitas”. Y es que el régimen israelí está tocando el punto de más dolor, que es lo intocable para los religiosos, su fe y sus lugares sagrados.

El portavoz del Gobierno palestino, Yusef al-Mahmud, pidió a la comunidad internacional intervenir urgentemente para resolver esta crisis de las mezquitas, que han sido tocadas, tomadas o controladas por los sionistas, por dos días.

A este caos le agregamos la decisión de este domingo de los ministros del régimen de Israel, que fue prometer que jamás, en ningún acuerdo de paz futuro, sea lo que se llegue a acordar, no se devolverán nunca, los territorios, asentamientos, áreas, robadas a los palestinos.

Cosa que, solo de oírla, atenta y amenaza justamente los tan esperados diálogos para alcanzar la paz y la solución de dos Estados, en su versión número no sé cuál, que Benyamin Netanyahu no quiere que se den, en una especie de cerrazón absoluta a vivir en tranquilidad, porque ya hay eco de que el propio presidente Donald Trump quiere impulsar esas pláticas, negociaciones que están suspendidas entre israelíes y palestinos.

Durante dos años, cinco comités separados negociarían la solución a este sangriento conflicto, pretende Trump, revela un alto funcionario palestino al diario Al-Hayat. Otro alto mando palestino también apunta esta información: "cada día que pasa, Trump entiende mejor la situación y está más convencido de que hacer la paz entre régimen de Israel y Palestina es lo mejor que cualquier presidente de EE.UU. puede hacer", afirma el canciller palestino, Riad al-Malki.

A la información de Trump, se le suma pero de manera pública el presidente de Francia, Emmanuel Macron, que hace unas horas dijo de manera abierta en Francia y frente a la cara de Netanyahu (que estaba de visita) que pedía, que le pedía, que se sentara a dialogar con los palestinos y que echara a andar de nuevo el proceso, porque la única solución son dos Estados.

Que curiosamente, Netanyahu, aunque posiblemente no le gustó nada, acompañó el gesto amable del mandatario francés, quien contrastó con sus antecesores, François Hollande y Nicolas Sarkozy, precisamente cuando pedían lo mismo, con una cara de hartazgo total por estar ante el mismo Netanyahu, la solución de dos Estados.

¿Que traen entre manos los israelíes en los últimos días? ¿Qué cocina el primer ministro de régimen israelí? ¿Qué han hecho mal los palestinos? ¿Qué se lee desde el contexto macro, donde la amiga de EE.UU., Arabia Saudí, quiere someter a Catar —Catar está bloqueado porque apoya al Movimiento de Resistencia Islámica Palestina (HAMAS), quien está en contra del régimen de Israel—?

Preguntemos en Detrás de la Razón. El análisis, las preguntas y respuestas a las diez treinta de la noche, desde los estudios de Teherán; Londres,

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