La esclavitud es hoy alarmantemente actual y un negocio en auge. Sin trabajo esclavo, muchos productos que consumimos serían bastante más caros. Oficialmente, la esclavitud fue abolida en todo el mundo. Todo indica, sin embargo, que es una mera declaración de intenciones.Algunas formas de esclavitud moderna son la prisión política, el trabajo infantil, el reclutamiento de niños soldados, así como las formas tradicionales de servidumbre y explotación económica. El prestigioso profesor Kevin Bales de la Universidad de Roehampton, Londres, experto en esclavitud, calcula que hay en el mundo unos 27 millones de esclavos en el sentido clásico del término. Algunas estimaciones más recientes hablan de 35 millones. Según organizaciones humanitarias, a ello habría que añadir más de cien millones de personas que viven en condiciones equivalentes a la esclavitud. Y consumimos lo que ellos y ellas producen. Kevin Bales lo explica: "Los zapatos que usted calza, han sido, probablemente, elaborados por esclavos en Pakistán. Y la alfombra que está bajo sus pies. Esclavos en el Caribe garantizan, probablemente, que haya azúcar en su cocina y que sus hijos tengan juguetes. En África Occidental, secuestran a niños y los obligan a trabajar en las plantaciones de cacao”. Esas personas no reciben salario alguno. Esclavos hay también en Europa y Estados Unidos. En la prostitución, por ejemplo. El comercio de seres humanos florece. El Estado de derecho fracasa una y otra vez en la lucha contra la esclavitud moderna. Europa carece de una legislación y una estrategia común frente a esa lacra.
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