Madrid, 5 mar (EFE).- "Aída" de Verdi regresa después de 20 años al Teatro Real, algo "inaudito" al tratarse de una de las óperas más populares, y lo hace de la mano del escenógrafo Hugo de Ana, quien concibió esta producción para inaugurar la segunda temporada del "nuevo" Teatro Real en octubre de 1998.
"Esta 'Aída' va a permitir tener memoria, algo fundamental para una institución como esta porque la proyección del futuro es imposible sin hacer un ejercicio de memoria colectiva", ha dicho el director artístico del Teatro Real, Joan Matabosch, durante la presentación de este montaje que se estrenará el 7 de marzo y permanecerá hasta el 25 de marzo durante 17 funciones.
Según ha añadido Matabosch, esta temporada de conmemoraciones del coliseo madrileño -el bicentenario de su fundación y los 20 años de la reapertura- "debe permitir" recordar ese pasado que ha permitido que la institución operística "llegue hasta hoy".
En esta reposición de "Aída", junto a la producción escénica de Hugo de Ana, también será protagonista el director asociado del Real, Nicola Luisotti, quien se encarga de la parte musical y que vuelve a este escenario con su tercer título verdiano, después de "Il trovatore" (2007) y "Rigoletto" (2015).
Para este regreso a Madrid "Aída" llega como un "espectáculo nuevo" y no como "una pieza de museo rescatada". "Es algo vivo y nueva para los espectadores", ha afirmado De Ana.
En este sentido, el director de escena argentino ha optado por una producción de fuerte "poder simbólico" en la que dominará una "colosal pirámide que sugiere el poder político y religioso". Una imagen que se contrapone a los paisajes desérticos que enfatizarán la soledad de los personajes.
En este sentido, el músico italiano ha destacado que se trata de una ópera que no es "ajena" a la actualidad política y religiosa del momento en el que la estrenó Verdi (1871), un "hombre de su tiempo" que reflejó en todas sus composiciones lo que sucedía en la Europa de su tiempo.
Personajes a los que darán vida tres repartos que se alternarán en la interpretación de los papeles protagonistas de Aida, con Liudmyla Monastyrska, Anna Pirozzi y Lianna Haroutounian en el rol titular; Violeta Urmana, Ekaterina Semenchuk y Daniela Barcellona como Amneris; Gregory Kunde, Alfred Kim y Fabio Sartori como Radamès; y Gabriele Viviani, George Gagnidze y Àngel Òdena, como Amonasro.
Y éstos estarán secundados por el resto del elenco y por el Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real.
Pero en total serán casi 300 artistas, entre solistas, coro, bailarines, actores y orquesta, los que resucitarán este título con el que el Teatro Real también homenajea al tenor cordobés Pedro Lavirgen (1930).
Un cantante que, según ha explicado durante la rueda de prensa, no pudo interpretar en el Real a los personajes que lo distinguieron -como Radamès, con quien debutó en La Scala de Milán- porque el apogeo de su carrera transcurrió durante el período en que el coliseo de la Plaza de Oriente fue s
"Esta 'Aída' va a permitir tener memoria, algo fundamental para una institución como esta porque la proyección del futuro es imposible sin hacer un ejercicio de memoria colectiva", ha dicho el director artístico del Teatro Real, Joan Matabosch, durante la presentación de este montaje que se estrenará el 7 de marzo y permanecerá hasta el 25 de marzo durante 17 funciones.
Según ha añadido Matabosch, esta temporada de conmemoraciones del coliseo madrileño -el bicentenario de su fundación y los 20 años de la reapertura- "debe permitir" recordar ese pasado que ha permitido que la institución operística "llegue hasta hoy".
En esta reposición de "Aída", junto a la producción escénica de Hugo de Ana, también será protagonista el director asociado del Real, Nicola Luisotti, quien se encarga de la parte musical y que vuelve a este escenario con su tercer título verdiano, después de "Il trovatore" (2007) y "Rigoletto" (2015).
Para este regreso a Madrid "Aída" llega como un "espectáculo nuevo" y no como "una pieza de museo rescatada". "Es algo vivo y nueva para los espectadores", ha afirmado De Ana.
En este sentido, el director de escena argentino ha optado por una producción de fuerte "poder simbólico" en la que dominará una "colosal pirámide que sugiere el poder político y religioso". Una imagen que se contrapone a los paisajes desérticos que enfatizarán la soledad de los personajes.
En este sentido, el músico italiano ha destacado que se trata de una ópera que no es "ajena" a la actualidad política y religiosa del momento en el que la estrenó Verdi (1871), un "hombre de su tiempo" que reflejó en todas sus composiciones lo que sucedía en la Europa de su tiempo.
Personajes a los que darán vida tres repartos que se alternarán en la interpretación de los papeles protagonistas de Aida, con Liudmyla Monastyrska, Anna Pirozzi y Lianna Haroutounian en el rol titular; Violeta Urmana, Ekaterina Semenchuk y Daniela Barcellona como Amneris; Gregory Kunde, Alfred Kim y Fabio Sartori como Radamès; y Gabriele Viviani, George Gagnidze y Àngel Òdena, como Amonasro.
Y éstos estarán secundados por el resto del elenco y por el Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real.
Pero en total serán casi 300 artistas, entre solistas, coro, bailarines, actores y orquesta, los que resucitarán este título con el que el Teatro Real también homenajea al tenor cordobés Pedro Lavirgen (1930).
Un cantante que, según ha explicado durante la rueda de prensa, no pudo interpretar en el Real a los personajes que lo distinguieron -como Radamès, con quien debutó en La Scala de Milán- porque el apogeo de su carrera transcurrió durante el período en que el coliseo de la Plaza de Oriente fue s
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