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Zipacón es uno de los 116 municipios del departamento de Cundinamarca, Colombia. Se encuentra ubicado en la Provincia de Sabana Occidente, a 50 km de Bogotá.
Zipacón es el territorio del altiplano cundiboyacense en donde se han encontrado las evidencias más antiguas de agricultura y alfarería, que datan del año 1270 a. C.
Durante el dominio de la Confederación Muisca, estuvo bajo la jurisdicción del Zipazgo, y fue un punto de guarnición para espiar a los panches, que por el boquerón de este lado solían invadir frecuentemente el territorio muisca.
Se dice que el Zipa se retiraba a Zipacón a meditar en medio de una gran tristeza, por lo que se le ha dado a la palabra Zipacón el significado de «El llanto del Zipa», frase que a su vez es emblema del escudo del municipio. A este respecto, el Manuscrito 158 BNC de la Biblioteca Nacional de Colombia, que probablemente es una copia encargada por José Celestino Mutis a fines del siglo XVIII, le da a la palabra Cone el significado de «llanto». Sin embargo, el Diccionario Chibcha de Joaquín Acosta Ortegón dice que la palabra quiere decir «Aliado de nuestro padre».
En el proceso de colonización española, Zipacón fue fundado el 5 de julio de 1561, y el 11 de noviembre de 1639 fue erigido en Parroquia por el arzobispo Fray Cristóbal de Torres; fue primer párroco el bachiller Bernabé de Osorio, y en 1651 le sucedió fray Jerónimo de Poveda y Másmeala, que lo fue hasta 1675, año en que lo remplazó Pedro de Urretauzqui, quien duró allí treinta y tres años.
El Padre Urretauzqui desarrolló una intensa labor más allá del simple mandato espiritual. Intensificó las festividades religiosas y el comercio, pues entones Zipacón era un punto de intercambio de productos de la tierra fría y caliente; estableció las primeras escuelas, dedicándose a la alfabetización de niños y adultos, organizó los bienes de la Parroquia, especialmente sus numerosas fincas, que puso a cargo del mayordomo don Juan Clavijo, y con su producido dotó y mejoró la estructura arquitectónica y ornamental de la Iglesia, en la que se encuentran aún algunas joyas de la pintura colonial, entre las que se destaca el cuadro de Nuestra Señora de Monguí, adquirido en 1818.
El 2 de mayo de 1805 los cuantiosos bienes raíces de la Iglesia fueron traspasados ante notario público al prócer de Zipacón don José Antonio Rubio.
En el folleto sobre Zipacón escrito por el Padre Eugenio Andrade Valderrama, se describe a don José Antonio Rubio como uno de los primeros abanderados de la libertad de los esclavos en Colombia. Dice:
«Al desaparecer sus padres, D. Pedro Rubio y Dña. Toribia León, convocó como primogénito a sus hermanos José, Pedro, Catalino, Josefa, Joaquina, Guadalupe y Rita, para promover la partición de los valiosos bienes heredados. Fiados en la rectitud del hermano mayor, le otorgaron pleno poder para el reparto. Fue así como el prócer distribuyó entre ellos tierras, ganados, alhajas y dineros, reservándose para sí nada más que los muchos esclavos que hac

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