• hace 6 años
En el momento en que la grama del estadio olímpico de la Ciudad Universitaria de Caracas estaba a sus pies en el año 1977, y el afiche con el autógrafo de Pelé, su ídolo, esbozaba los trazos que dejó el lápiz que traía en su bolsillo, en ese instante, mientras escuchaba la multitud que aclamaba el fútbol, Hely Garagozzo se dijo a sí mismo que iría a un mundial.

Han pasado diez mundiales desde aquella promesa y este venezolano ha ido a todos, porque si hay algo que el hombre no puede negar ni ignorar, es su pasión por el balompié. Su asistencia a los partidos de la Copa Mundial le concedió tres Records Guinness que se convertirán en seis al término de Rusia 2018 cuando se supere a sí mismo.

El fútbol es base fundamental en la vida de Hely, aprendió a jugarlo con los vecinos de su zona, luego lo practicó hasta que se lesionó, pero ese obstáculo no limitó su amor por el deporte, sino que sirvió de impulso y lo llevó a ser un fanático mundial y hasta ser parte de la construcción del Estadio Metropolitano de Cabudare ubicado en el estado Lara.

Desde España 1982, con Naranjito como mascota del Mundial de la Federación Internacional Fútbol Asociado (FIFA), hasta la actual Rusia, Garagozzo ha coleccionado infinitos recuerdos materiales conformados por balones, franelas, zapatos, llaveros, fotografías, afiches, autógrafos y hasta un papel con los jugadores que conformaron la selección de Uruguay en el Maracanazo a puño y letra del ex jugador Alcides Ghiggia.

Todos estos objetos buscan ser expuestos en el museo de la FIFA, ubicado en la ciudad de Zurich. La Federación ha mostrado su interés y tiene pautado un encuentro con el barquisimetano mientras transcurre el Mundial de fútbol en Rusia.

Sin embargo, si de valores se trata hay uno que protagoniza el Museo de Hely y hace presencia en cada mundial, el tricolor venezolano. La bandera nacional es una característica palpable de Garagozzo al nivel que cuando la exhibe en un estadio, todos lo reconocen.

Son casi 65 años los vividos por este larense que ha recorrido el mundo cinco veces, si sumamos los kilómetros transitados para asistir a cada juego de cada mundial, y aún quiere seguir cumpliendo su sueño ir a mundiales y ser reconocido por el máximo ente del futbol, la FIFA.

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