La muerte y la destrucción es visible a cada paso por las calles de Puerto Príncipe. Muertos a apenas unos metros de los supervivientes que todavía tienen dibujado el pánico en sus caras. La capital haitiana se ha convertido en unas horas en la imagen y el grito desgarrador de la catástrofe.La tragedia sorprendía a todos minutos antes de las cinco de la tarde hora local. Un seísmo de 7 grados, y tres réplicas de entre 6 y 5 en la escala Richter, sacudían la tierra con una violencia desconocida. El epicentro, en esta ocasión, no estaba lejos de la costa, sino en el mismo terreno de la isla la Española, a unos 15 kilómetros al sudoeste de la capital de Haití, una de las zonas más pobladas del país con más de cuatro millones y medio de personas. El terremoto se ha sentido sin de momento consecuencias en la República Dominicana, este de Cuba, Jamaica y Bahamas. Cientos de edificios se han derrumbado en cuestión de segundos, entre ellos, la sede de Naciones Unidas y un hospital. Un desastre de proporciones catastróficas según el gobierno de Haití que se va conociendo con cuenta gotas. La mayoría de comunicaciones continúan cortadas y no se descarta que haya miles de víctimas bajo los escombros.
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