• hace 5 años
Cada año por San Blas en el municipio jienense de Cazalilla se repite una controvertida costumbre. Es la "fiesta de la pava". Un vecino del pueblo sube al campanario y lanza a una pava desde lo más alto de la Iglesia. 35 metros de altura tiene la torre. La pava aterriza sin daños pero con un buen susto en el cuerpo. Las asociaciones protectoras de animales claman cada año para que se acabe con esta tradición centenaria. Los vecinos, sin embargo, aseguran que no sufren y que además luego no se mata a la pava.

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