A primera hora de la mañana todos los vecinos de Archidona acuden a repostar agua en el camión cisterna. Pasa cada tres días así que cuantas más garrafas llenen, más tranquilidad tendrán para el día a día. En las casas el agua corre con normalidad pero tiene alterado el parámetro del color con lo que no es apta para el consumo, aunque sí se puede utilizar para otras labores como el fregado o el aseo intimo. En los bares del pueblo han tenido que ingeniárselas para que el agua embotellada sustituya a la del grifo. Sus despensas están llenas de garrafas. Sólo les queda tener paciencia porque si no llueve el problema está lejos de arreglarse.
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