Se extinguieron hace 30.000 años pero convivieron con nosotros al principio de nuestra existencia, y como nosotros, los neandertales sufrían infecciones y dolor. A falta de aspirinas masticaban corteza de álamo. Un equipo del CSIC ha analizado el sarro de esta mandíbula, hallada en la cueva de El Sidrón. En dientes y muelas, restos de hongos con penicilina, que muy probablemente usaban para curarse, decenas de miles de años antes de que Fleming descubriera el antibiótico. La investigación da nuevas pistas a cerca de su dieta, casi vegetariana, a base de setas, piñones y musgo, diferente a la de los neandertales del norte de Europa que, esencialmente carnívoros, preferían el rinoceronte lanudo o el muflón. Las bacterias de la boca también confirman que neandertales y humanos compartimos enfermedades. Patógenos transmitidos por contacto sexual entre las dos especies.
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