Mano a mano entre Ernesto Provitilo (@ernestou) y Ricardo Caruso Lombardi en la edición número 68 de Arroban. Ricardo nos muestra su otra cara y nos cuenta que otra manera tenía para ganarse la vida y de yapa habla de los periodistas que denigran su trabajo.\n\nCara a cara con Ernesto, Caruso dice: "Tenía un boliche en Palermo que al principio me costó, iba todos los días a otros boliches a buscar gente". Ricardo nos relata como iba noche por noche sacando a bailar mujeres y hablando con tipos en el baño para convencerlos de que vayan a Buenos Aires, su boliche.\n\n"Yo tenía tango, cumbia, jazz, flamengo, moderna, rock, de todo. Hice de disc jockey, de barman, de mozo, de todo y al final me fue muy bien" termina de contar Ricardo. Más de un webidente debe haber estado en el boliche de Caruso Lombardi y se está enterando hoy gracias a Arroban. #GenteQueBuscaGente\n\nAdemás de llenar boliches, Caruso Lombardi era un vendedor nato: "Vendía en la calle, vendía palangana, fuentón y balde. Iba por las casas puerta por puerta y le vendía a las viejas". Imaginate por un segundo que te suena el timbre, abrís y está Ricardo rodeado de palanganas ¿Qué le dirías?\n\nSi todavía no te parece que abarcó todos los rubros posibles, sumá dos más: "Mi viejo se funde cuando me regala un fitito y ahí es cuando empecé con los letreros luminosos, quince años con letreros luminosos estuve […] después agarré una cadena de cabarets, hice desastres, no sabés lo complicado que era cobrarles. Me vi todos los shows que te puedas imaginar".
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