• hace 5 años
¡Nuevas historias animadas de 2019 que sucedieron de verdad!

¡Hola a todos! Soy Melena. Tengo una pregunta. ¿Compartes todo con tu familia? Quiero decir, ¿saben sobre tus aspiraciones, tus deseos y tus preocupaciones? Bueno, yo definitivamente sí lo hago. Les cuento sobre cada detalle de mi vida y eso se ha convertido en mi mayor maldición.

Dio la casualidad de que vivo con mi abuela, mi madre y mi hermana mayor, Elena. Sí, no hay hombres en la familia. Mi abuela se divorció de mi abuelo incluso antes de que yo naciera. Ella siempre decía que él era una persona deshonesta y un día lo sorprendió engañándola con su vecina y lo echó de su vida. Nunca he visto a mi abuelo, ni siquiera en fotos, ya que la abuela las rompió y tiró todas sus pertenencias.
Mamá tampoco logró formar una familia. Se divorció de mi papá cuando yo tenía unos meses y no lo recuerdo en absoluto. Pero, según mi madre y mi abuela, él no podía ganar suficiente dinero como para hacer feliz a su familia, por lo que era un inútil y era bueno que ya no estuviera.

En consecuencia, la mala experiencia en el amor de las mujeres mayores en nuestra familia tuvo una gran influencia en las relaciones entre Elena y yo con los chicos. Con una atención implacable, mamá y abuela podían ver todos los defectos de cada chico que aparecía en nuestro horizonte. La abuela siempre decía que, teniendo en cuenta su propia experiencia y los años que ya había vivido, podía ver perfectamente a través de un hombre con solo ponerle los ojos encima. Y yo le creía. Era por eso que siempre le contaba todo a mi familia, especialmente sobre la parte de mi relación, una vez que tuve una.

Se llamaba Ethan. Estudiábamos juntos en la escuela secundaria y, como siempre sucede, al principio nos juntábamos con el mismo grupo de amigos, luego me invitó a salir, y en nuestra tercera cita ya nos dijimos que nos queríamos. Y al igual que cualquier otra chica de 17 años, estaba segura de que él era el indicado. Estaba muy emocionada por salir él y cada vez que volvía a casa después de otra cita, revelaba cada detalle del tiempo que habíamos pasado juntos, como qué cumplidos me había hecho, y lo gentil que era, y cómo la piel de gallina corría por mi espalda cada vez que me tocaba el pelo. Ves, literalmente, todo.
Y al principio las cosas fueron geniales, quiero decir, a mi familia parecía gustarle Ethan y estaban totalmente interesadas cuando les contaba sobre otra de nuestras ci

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