• hace 4 años
En Chile, a tres mil metros de altitud, los astrónomos llegados de todo el mundo se reúnen en el desierto de Atacama para observar las estrellas, puesto que la transparencia del cielo es tal que permite observar hasta los confines del universo. Es también un lugar donde la sequedad del suelo conserva intactos los restos humanos: los de las momias, de los exploradores y los mineros. Pero también los huesos de los prisioneros políticos de la dictadura. Mientras los astrónomos escrutan las galaxias más lejanas en busca de una probable vida extraterrestre, al pie de los observadores, un grupo de mujeres remueven las piedras, en busca de sus parientes desaparecidos…

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