Con una caradura que espanta, el socialista Pedro Sánchez ha utilizado reiteradamente aeronaves oficiales para acudir a actos de su partido, como los congresos regionales del PSOE e incluso para irse de concierto con su mujer y unos amigos.
Cada vez que ponen en marcha los motores del Falcon, por poner un ejemplo, nos cuesta a los contribuyentes españoles la friolera de 10.000 euros, pero Sánchez se niega a dar explicaciones y arropado por sus compinches de Podemos, continúa ocultando detalles básicos.
Y lo hace siempre con la misma excusa: alega que sus paseos son «materia especialmente sensible».
Así ha despachado el Gobierno la solicitud de información que presentó por escrito el Partido Popular sobre datos tan básicos como el origen, el destino y el motivo de los viajes realizados por Sánchez durante 2021, utilizando el avión Falcon y el helicóptero Super Puma, ambos del Ejército español.
El escándalo, inimag¡nable en cualquier país democrático de nuestro entorno, persigue al Gobierno socialcomunista en general y a Sánchez en particular desde que, nada más llegar a La Moncloa en 2018, empezó a utilizar el Falcon y el Super Puma para acudir a citas no ya partidistas, sino privadas, como irse de concierto con su mujer a Benicássim (Castellón) o a la boda de su cuñado en un pueblo de La Rioja.
Sólo desde el pasado 7 de noviembre de 2021, La Moncloa ha movilizado hasta en 54 ocasiones el Falcón y el Súper Puma, aeronaves del Ejército del Aire.
Cada vez que ponen en marcha los motores del Falcon, por poner un ejemplo, nos cuesta a los contribuyentes españoles la friolera de 10.000 euros, pero Sánchez se niega a dar explicaciones y arropado por sus compinches de Podemos, continúa ocultando detalles básicos.
Y lo hace siempre con la misma excusa: alega que sus paseos son «materia especialmente sensible».
Así ha despachado el Gobierno la solicitud de información que presentó por escrito el Partido Popular sobre datos tan básicos como el origen, el destino y el motivo de los viajes realizados por Sánchez durante 2021, utilizando el avión Falcon y el helicóptero Super Puma, ambos del Ejército español.
El escándalo, inimag¡nable en cualquier país democrático de nuestro entorno, persigue al Gobierno socialcomunista en general y a Sánchez en particular desde que, nada más llegar a La Moncloa en 2018, empezó a utilizar el Falcon y el Super Puma para acudir a citas no ya partidistas, sino privadas, como irse de concierto con su mujer a Benicássim (Castellón) o a la boda de su cuñado en un pueblo de La Rioja.
Sólo desde el pasado 7 de noviembre de 2021, La Moncloa ha movilizado hasta en 54 ocasiones el Falcón y el Súper Puma, aeronaves del Ejército del Aire.
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