• hace 2 años
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Félix, con su guitarra mientras está subido en un árbol, cantando sobre la Naturaleza y sobre él, rodeado de lflores y el piar de los pájaros del bosque. Entonces, una gran tormenta eléctrica rompe la serenidad y, por supuesto, los rayos se centran en el pobrecito Félix (será por cómo canta). Los rayos le alcanzan repetidamente; uno se ellos incluso ilumina su cabeza como si fuera una bombilla de 40 vatios, con un efecto que resulta que puede activar y desactivar con su nariz. Los rayos acaban persiguiéndole fuera del bosque hasta el aparente refugio de un castillo cercano.

El castillo está habitado por el asustado séquito de un monarca igualmente tímido pero audazmente jactancioso, el viejo rey Cole, un insufrible fanfarrón que grita a los cuatro vientos su valentía, pero que en el fondo es tan gallina como el resto de sus súbditos. Félix golpea frenéticamente la puerta del castillo para conseguir entrar y protegerse de la furia de la tormenta, y el rey tiene que atender a la puerta, ya que nadie lm´s se atreve por el miedo. Así que el monarca aprovecha la oportunidad para demostrar lo duro que es ante un total desconocido. Rápidamente se abalanza sobre el rescatado Félix con una avalancha de fanfarronadas, pero los fantasmas de las figuras de los cuadros del castillo están hartos de oír su real palabrería y se proponen hacer algo para escarmentarlo.

Los fantasmas capturan al rey en la mazmorra y le sacan el aire del cuerpo, mientras cantan una canción con el estribillo "Hablas demasiado, hablas demasiado". Luego le obligan a escuchar su propia voz para darle una lección. Félix ve que la tormenta de rayos no ha cesado y formula un plan para salvar al rey de los fantasmas. Utiliza los brazos de una armadura para atraer y canalizar una serie de rayos en la mazmorra, destruyendo a los fantasmas para siempre. El rey vuelve a bombear su propio aire y se muestra satisfecho por la recuperación de su gordura. Félix y Cole ríen y cantan sobre cómo "no tienen miedo de nada", pero entonces un par de ratones, sin razón aparente, deciden manipular y escenificar una batalla entre dos armaduras, haciendo que los "héroes" se escondan asustados. Los ratones terminan su combate cuerpo a cuerpo y dan una tregua, y el Rey y Félix salen de su escondite. El Rey corona al gato como "príncipe Félix" y le cambia la nariz para activar el efecto bombilla. Félix hace lo mismo con el Viejo Rey Cole, y se ríen mientras la película finaliza.

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