Directo y a la yugular.
Joaquín Sabina, en plena presentación de su película documental, 'Sintiéndolo mucho', deja un recado claro a Pablo Iglesias y toda su tropa de acólitos comunistas.
Cierto es que el cantautor hace tiempo que se desvinculó de la causa podemita, a la que había abrazado desde su aparición, aunque siempre tuvo reparos en la manera de dar su mensaje y hasta en algunos de los rostros que lanzaban las consignas de los morados como Juan Carlos Monedero.
Pero en la tarde noche del 15 de noviembre de 2022 el artista no dudó a la hora de enterrar definitivamente al comunismo:
El fracaso del comunismo ha sido feroz; la deriva de la izquierda latinoamericana me rompe el corazón justamente por ser tan de izquierdas. Ahora ya no lo soy tanto porque tengo ojos y oídos y cabeza para ver lo que está pasando y es muy triste lo que está pasando.
Sabina, que inicialmente observó con cierta simpatía la irrupción de Podemos en el panorama político español, sí tenía claro que su máximo exponente, Pablo Iglesias, tenía que actualizar su discurso:
Podemos muestra un lenguaje parecido al discurso marxista de principios del siglo XX. Creo que Pablo Iglesias debería reciclarse un poco y adaptarse al siglo XXI.
Ya en 2017 dejó claro que los dirigentes de Unidas Podemos acabaron por comportarse como los partidos tradicionales:
Han empezado a tener los mismos vicios que criticaban, como siempre pasa.
De hecho, no comulgaba con ese apoyo a dictaduras como la chavista de Venezuela:
Ellos siguen apoyando a Maduro y a la revolución bolivariana, y yo no puedo apoyar eso, de ninguna manera. Venezuela es el país más rico de América Latina y está harapiento, no hay libertad de prensa, no hay separación de poderes… es imposible seguir defendiendo eso. Toda generación tiene su ilusión juvenil y su desencanto. Y yo no celebro ese desencanto, pero tampoco sé si haya que volver a creer en la utopía, después de ver el desarrollo patético que han tenido las utopías en todo sitio. Fíjate en lo que está sucediendo hoy mismo en Venezuela. O en lo que ha quedado la Cuba castrista, que fue la revolución de mi juventud. Es tremendo lo mal que envejecen las revoluciones… incluso peor que las personas.
Joaquín Sabina, en plena presentación de su película documental, 'Sintiéndolo mucho', deja un recado claro a Pablo Iglesias y toda su tropa de acólitos comunistas.
Cierto es que el cantautor hace tiempo que se desvinculó de la causa podemita, a la que había abrazado desde su aparición, aunque siempre tuvo reparos en la manera de dar su mensaje y hasta en algunos de los rostros que lanzaban las consignas de los morados como Juan Carlos Monedero.
Pero en la tarde noche del 15 de noviembre de 2022 el artista no dudó a la hora de enterrar definitivamente al comunismo:
El fracaso del comunismo ha sido feroz; la deriva de la izquierda latinoamericana me rompe el corazón justamente por ser tan de izquierdas. Ahora ya no lo soy tanto porque tengo ojos y oídos y cabeza para ver lo que está pasando y es muy triste lo que está pasando.
Sabina, que inicialmente observó con cierta simpatía la irrupción de Podemos en el panorama político español, sí tenía claro que su máximo exponente, Pablo Iglesias, tenía que actualizar su discurso:
Podemos muestra un lenguaje parecido al discurso marxista de principios del siglo XX. Creo que Pablo Iglesias debería reciclarse un poco y adaptarse al siglo XXI.
Ya en 2017 dejó claro que los dirigentes de Unidas Podemos acabaron por comportarse como los partidos tradicionales:
Han empezado a tener los mismos vicios que criticaban, como siempre pasa.
De hecho, no comulgaba con ese apoyo a dictaduras como la chavista de Venezuela:
Ellos siguen apoyando a Maduro y a la revolución bolivariana, y yo no puedo apoyar eso, de ninguna manera. Venezuela es el país más rico de América Latina y está harapiento, no hay libertad de prensa, no hay separación de poderes… es imposible seguir defendiendo eso. Toda generación tiene su ilusión juvenil y su desencanto. Y yo no celebro ese desencanto, pero tampoco sé si haya que volver a creer en la utopía, después de ver el desarrollo patético que han tenido las utopías en todo sitio. Fíjate en lo que está sucediendo hoy mismo en Venezuela. O en lo que ha quedado la Cuba castrista, que fue la revolución de mi juventud. Es tremendo lo mal que envejecen las revoluciones… incluso peor que las personas.
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