Invitaciones. Decir que no a una invitación
Responder que no a una invitación de boda o de comunión
Los meses de primavera y verano suelen ser las típicas fechas en las que se celebran gran número de bodas y comuniones. Estos eventos sociales pueden ser un motivo de aumento de nuestros niveles de estrés y de ansiedad. Los motivos económicos, los emocionales, los de agenda, etc. pueden ser, entre otros, algunas de las causas por las que tenemos que declinar una invitación.
Cuando recibimos una invitación para asistir a un bautizo, a una comunión, a una boda, etc. lo más correcto y educado es responder para confirmar o excusar nuestra asistencia. Los motivos puede ser económicos -no pasamos un buen momento-, puede ser un problema de agenda -nos coinciden varias invitaciones el mismo día- o bien puede ser cualquier otro motivo personal. La cercanía y confianza con las personas que nos invitan puede ser un factor determinante a la hora de elegir si asistimos o no -o a la hora de elegir entre dos invitaciones coincidentes-.
Los motivos económicos.
Hay personas que pasan malos momentos económicos y no quieren aumentar sus gastos. Una invitación de boda supone un gasto, como mínimo, del regalo que cubra el cubierto. Si hablamos de todo lo que conlleva puede aumentar. Si nos tenemos que comprar ropa, si tenemos que desplazarnos a otra ciudad -transporte, hotel, etc.-, si tenemos que dejar niños pequeños al cargo de un profesional, etc., etc.
Los motivos de agenda
Si tenemos muchos amigos y estamos bien relacionados no es nada extraño que nos coincidan dos o más invitaciones para un mismo día, sobre todo en el caso de las bodas que suelen compartir horarios en la mayoría de los casos. En estos casos, hay que elegir la que nos parezca más importante para nosotros, por las razones que sean.
Los motivos personales
Hay personas a las que no les gusta relacionarse con lo demás, a las que no les gusta asistir a eventos donde se juntan muchas personas. No les gusta hablar con gente que no conocen, que nos les gusta tratar con personas que no son de su entorno, que no se sienten cómodas en estas situaciones. Es importante "cumplir" con los demás, pero no siempre hay que poner delante de nosotros las prioridades de los demás. Podemos defraudar a la otra persona pero es peor defraudarnos a nosotros mismos. Hay que poner en la balanza el sacrificio que nos supone acudir a un evento de este tipo y las consecuencias que puede tener defraudar a nuestros amigos o familiares.
En todos los casos hay que agradecer cualquier tipo de invitación y no dar un montón de excusas. Tampoco hay que exagerar dando todo tipo de alabanzas que nos haría caer en la mayor hipocresía de fingir un gran desasosiego, un gran disgusto por no poder acudir, cuando verdaderamente no queremos o no tenemos intención de asistir.
Artículo relacionado: https://www.protocolo.org/miscelaneo/videos/como-decir-que-no-a-una-invitacion.html
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Responder que no a una invitación de boda o de comunión
Los meses de primavera y verano suelen ser las típicas fechas en las que se celebran gran número de bodas y comuniones. Estos eventos sociales pueden ser un motivo de aumento de nuestros niveles de estrés y de ansiedad. Los motivos económicos, los emocionales, los de agenda, etc. pueden ser, entre otros, algunas de las causas por las que tenemos que declinar una invitación.
Cuando recibimos una invitación para asistir a un bautizo, a una comunión, a una boda, etc. lo más correcto y educado es responder para confirmar o excusar nuestra asistencia. Los motivos puede ser económicos -no pasamos un buen momento-, puede ser un problema de agenda -nos coinciden varias invitaciones el mismo día- o bien puede ser cualquier otro motivo personal. La cercanía y confianza con las personas que nos invitan puede ser un factor determinante a la hora de elegir si asistimos o no -o a la hora de elegir entre dos invitaciones coincidentes-.
Los motivos económicos.
Hay personas que pasan malos momentos económicos y no quieren aumentar sus gastos. Una invitación de boda supone un gasto, como mínimo, del regalo que cubra el cubierto. Si hablamos de todo lo que conlleva puede aumentar. Si nos tenemos que comprar ropa, si tenemos que desplazarnos a otra ciudad -transporte, hotel, etc.-, si tenemos que dejar niños pequeños al cargo de un profesional, etc., etc.
Los motivos de agenda
Si tenemos muchos amigos y estamos bien relacionados no es nada extraño que nos coincidan dos o más invitaciones para un mismo día, sobre todo en el caso de las bodas que suelen compartir horarios en la mayoría de los casos. En estos casos, hay que elegir la que nos parezca más importante para nosotros, por las razones que sean.
Los motivos personales
Hay personas a las que no les gusta relacionarse con lo demás, a las que no les gusta asistir a eventos donde se juntan muchas personas. No les gusta hablar con gente que no conocen, que nos les gusta tratar con personas que no son de su entorno, que no se sienten cómodas en estas situaciones. Es importante "cumplir" con los demás, pero no siempre hay que poner delante de nosotros las prioridades de los demás. Podemos defraudar a la otra persona pero es peor defraudarnos a nosotros mismos. Hay que poner en la balanza el sacrificio que nos supone acudir a un evento de este tipo y las consecuencias que puede tener defraudar a nuestros amigos o familiares.
En todos los casos hay que agradecer cualquier tipo de invitación y no dar un montón de excusas. Tampoco hay que exagerar dando todo tipo de alabanzas que nos haría caer en la mayor hipocresía de fingir un gran desasosiego, un gran disgusto por no poder acudir, cuando verdaderamente no queremos o no tenemos intención de asistir.
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