• el año pasado
La Diabetes Tipo 1 es una enfermedad autoinmune que, a diferencia de la Tipo 2, suele debutar en la infancia y la adolescencia, entre los cuatro y los siete años y entre los 10 y los 14. Cualquier etapa es complicada para comenzar con Diabetes, pero en el caso de los niños y sobre todo adolescentes, que están forjando su personalidad, puede ser aún más difícil. De ahí la importancia, según los expertos, de concienciar sobre el control de la enfermedad desde su diagnóstico. Con motivo del Día Mundial de la Diabetes, los especialistas insisten, además, en que resulta vital el abordaje precoz de la enfermedad, ya que el paciente pasa por 3 etapas antes de mostrar síntomas. Un diagnóstico precoz podría disminuir la aparición de complicaciones. Menos del 20% de los adolescentes logra alcanzar el objetivo glucémico recomendado, es decir, controlar la enfermedad, lo que aumenta el riesgo de complicaciones a largo plazo. Los pacientes pueden llegar a recibir alrededor de 65.000 inyecciones a lo largo de su vida y tienen que tomar muchas decisiones a diario, relacionadas, por ejemplo, con lo que comen o el ejercicio que hacen. Es una patología que les condiciona su día a día. La diabetes tipo 1 se produce porque hay una respuesta inmune que acaba destruyendo las células beta del páncreas, que son las células que producen insulina. En las fases iniciales de la enfermedad se intenta modificar esa respuesta autoinmune y conseguir que se module esa destrucción de las células beta.

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