• hace 11 meses
De 100 días, nada. A los 45 desde que Javier Milei estrenara oficialmente el cargo de presidente de Argentina, miles de trabajadores se han echado a la calle en una media jornada de huelga general que sirve como primer gran pulso contra el populista líder ultraliberal.

En este convulso mes y medio de mandato, Milei ya se ha enfrentado a todo tipo de críticas populares, contra las que ha mostrado una política férrea amenazando con retirar subsidios a quienes fuesen identificados en las manifestaciones. Pero este miércoles, bajo el reclamo de la principal entidad sindical argentina, la Confederación General del Trabajo (CGT), la cita quiere ir más allá, con un fuerte cariz simbólico.

El impacto en la vida argentina este 24 de enero ha sido moderado, dentro de una amplia variación entre sectores, a la espera de los datos oficiales más allá de los miles y miles de asistentes a la protesta central en Buenos Aires, en las inmediaciones de la plaza del Congreso y bajo un enorme dispositivo policial.

El sector aéreo ha notado severamente los paros. Cientos de vuelos han sido cancelados y decenas reprogramados por decisión de entidades como Aerolíneas Argentinas o JetSmart. Los bancos, aupados por el llamamiento de la central sindical La Bancaria, han cerrado sus puertas al mediodía, mientras que supermercados y transporte han operado con relativa normalidad.

En los albores del mandato de Milei, esta ya es una cita histórica, por ser la primera huelga general en cinco años en Argentina, que no veía cómo se paralizaba el país por protestas sociales desde el 29 de mayo de 2019, pese a la creciente crisis económica.

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