Sánchez terminará en el banquillo de un juzgado.
Y ante el tribunal desfilarán en tropel unos cuantos de sus secuaces.
No me atrevo a dar fechas, porque el tiempo de los jueces es enigmático, pero, si hay Justicia en España, aquí no se salva ni el Tato.
El PSOE tocó fondo ayer en el Congreso de los Diputados y no voy a decir que los socialistas no pueden caer más bajo, porque esta chusma es muy capaz de ponerse a escarbar.
¡Que basura!
No sólo voceó histérica como una mona la ministra de Igualdad y volvieron a mentar desesperados el nombre de Ayuso, sino que intentaron sacar a pasear a la mujer de Feijóo y para rematar la jornada despacharon a 150 desaforados a la sede del PP, a gritar insultos contra la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Eran cuatro mierdas pero la Policía de Marlaska, la que disparó pelotas de gomas y gas lacrimógenos contra los ciudadanos que se acercan cada noche a rezar el rosario y los que corean libertad en la calle Ferraz y ha montado un circulo de hierro infranqueable ante la sede-puticlub del PSOE, no hizo nada para impedir que los exaltados sanchistas cortaran la calle Génova y golpearán hasta la puerta del edificio.
Hace unos días, como era previsible, la Oficina de Conflicto de Intereses dio la razón a Sánchez, tras una prolija investigación de dos minutos dirigida por el propio Sánchez que culminó con una conclusión inapelable: Sánchez no hizo nada malo por participar en decisiones económicas favorables a las empresas con las que tenía apaños su esposa, Begoña Gómez.
No cabía esperar otro dictamen, dado que ese organismo depende del ministro Escrivá, un subordinado de Sánchez.
Cuesta imaginar una cacicada mayor y lo grotesco es que la izquierda y la ‘Brunete Pedrete’ -encabezada por El País y donde pastan Cadena SER, LaSexta y resto de medios amarrados al pesebre monclovita- dan la alcaldada por buena.
Quizá en la Venezuela chavista sea ‘normal’ que el presidente apruebe subvenciones multimillonarias para empresa que miman financieramente a su esposa, pero ni en Francia, ni en Italia, ni en Gran Bretaña ni en Portugal es imaginable un desafuero parecido.
Creo que es mucho más grave y lesivo para España lo de la amnistía ilegal al golpista Puigdemont y que en la mal llamada ‘Trama Koldo’ hay ministros socialistas pringados hasta las cachas, pero me da la impresión de que lo que pondrá patas arriba a Sánchez son los chanchullos de su esposa.
¡Así es la vida!
Y ante el tribunal desfilarán en tropel unos cuantos de sus secuaces.
No me atrevo a dar fechas, porque el tiempo de los jueces es enigmático, pero, si hay Justicia en España, aquí no se salva ni el Tato.
El PSOE tocó fondo ayer en el Congreso de los Diputados y no voy a decir que los socialistas no pueden caer más bajo, porque esta chusma es muy capaz de ponerse a escarbar.
¡Que basura!
No sólo voceó histérica como una mona la ministra de Igualdad y volvieron a mentar desesperados el nombre de Ayuso, sino que intentaron sacar a pasear a la mujer de Feijóo y para rematar la jornada despacharon a 150 desaforados a la sede del PP, a gritar insultos contra la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Eran cuatro mierdas pero la Policía de Marlaska, la que disparó pelotas de gomas y gas lacrimógenos contra los ciudadanos que se acercan cada noche a rezar el rosario y los que corean libertad en la calle Ferraz y ha montado un circulo de hierro infranqueable ante la sede-puticlub del PSOE, no hizo nada para impedir que los exaltados sanchistas cortaran la calle Génova y golpearán hasta la puerta del edificio.
Hace unos días, como era previsible, la Oficina de Conflicto de Intereses dio la razón a Sánchez, tras una prolija investigación de dos minutos dirigida por el propio Sánchez que culminó con una conclusión inapelable: Sánchez no hizo nada malo por participar en decisiones económicas favorables a las empresas con las que tenía apaños su esposa, Begoña Gómez.
No cabía esperar otro dictamen, dado que ese organismo depende del ministro Escrivá, un subordinado de Sánchez.
Cuesta imaginar una cacicada mayor y lo grotesco es que la izquierda y la ‘Brunete Pedrete’ -encabezada por El País y donde pastan Cadena SER, LaSexta y resto de medios amarrados al pesebre monclovita- dan la alcaldada por buena.
Quizá en la Venezuela chavista sea ‘normal’ que el presidente apruebe subvenciones multimillonarias para empresa que miman financieramente a su esposa, pero ni en Francia, ni en Italia, ni en Gran Bretaña ni en Portugal es imaginable un desafuero parecido.
Creo que es mucho más grave y lesivo para España lo de la amnistía ilegal al golpista Puigdemont y que en la mal llamada ‘Trama Koldo’ hay ministros socialistas pringados hasta las cachas, pero me da la impresión de que lo que pondrá patas arriba a Sánchez son los chanchullos de su esposa.
¡Así es la vida!
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