• hace 8 meses
Desde el momento en que ingresó al cine, Charles Chaplin sabía que necesitaba una autonomía creativa total para hacer el tipo de comedia de la que solo él era capaz. Esta autonomía finalmente la logró en 1918, cuando construyó su propio estudio. Las películas que Chaplin filmó en su propio estudio fueron un avance notable en comparación con el tipo de comedia que se había hecho anteriormente en Hollywood. Por principio de cuentas fueron más largas, de hasta 45 minutos, mientras que pocas comedias de la época superaban la media hora de duración, y mucho más sofisticadas tanto en la puesta en escena, como en la estructura. La primera película en donde podemos apreciar estos cambios con claridad fue A Dog's Life, para el cual Chaplin encontró una excelente coprotagonista, en la persona de un encantador perro mestizo, Mutt (llamado "Scraps" en la película), cuya batalla por la supervivencia con los otros perros del barrio es satírica. comparado con la lucha de Charlie el Vagabundo por un lugar en la sociedad. Junto con su protagonista habitual, Edna Purviance, interpretando a una cantante y muy maltratada que trabaja en el bar de Green Lantern, Chaplin se une por primera vez a su hermano Sydney, un buen comediante por derecho propio, Sydney interpreta al propietario del puesto de café que es víctima del robo de Charlie y Scraps. Una característica extraña de A Dog’s Life es que Chaplin ha abandonado su bastón habitual, presumiblemente porque necesitaba su mano libre para sostener la correa del perro. La cinta contiene, algunas secuencias exquisitas, dignas de verse más de una vez, como aquella en la que Charlot se atiborra de panecillos en un puesto callejero. Una película que no te puedes perder.

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