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En el sureste de Rumanía, Mihail, un joven de 21 años, sueña con restaurar por completo una antigua casa lipovana y mantener viva la tradición cultural de ese grupo étnico de ascendencia rusa mediante prácticas sostenibles.

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Transcripción
00:00En el delta del Danubio, justo al otro lado de la frontera con Ucrania, se encuentra el pequeño pueblo rumano de Kiliabéke.
00:09Sus coloridos edificios son llamativos, pero hay más de lo que parece a simple vista.
00:14Hace casi 400 años, los Lipovanos, un grupo étnico eslavo de origen ruso, emigraron a la región tras una exisión de la iglesia rusa.
00:24Su presencia cultural sigue vigente hasta hoy en día, incluida su huella en la arquitectura.
00:30Mikhail Popescu, un joven de 21 años, está restaurando una antigua casa lipovana.
00:54No queríamos traer concreto, no queríamos traer hierro, no queríamos traer todos estos materiales modernos.
01:05Queríamos mantener también una tradición.
01:11Enseñamos a trabajar con materiales biológicos, con tierra, con estufa.
01:17Esta es también una puerta doble, que alguien de Kiliabéke, y es muy importante lo que os digo ahora,
01:23quería arruinar el lago, queriendo reemplazarla con una puerta termopana.
01:29Yo, con esta puerta extraordinariamente hermosa,
01:36le pagué un precio de nada, porque esta puerta se iba a poner a fuego y a cortar.
01:45En la pequeña obra, el señor Nicolae, artesano y especialista en estructuras de casas sostenibles,
01:51está trabajando en algo especial.
01:54¿Pueden ver?
01:55Aquí, aquí, aquí, miren así.
02:02De esta baliga de cal, que nosotros pasamos por esta sita, miren así.
02:10Nosotros estamos acostumbrados, como en el país, no importa.
02:15Y se pone con tierra amarilla, y se coloca, y la firma de este puente, de la capa,
02:23es hecho con este tipo de material.
02:28El objetivo de Mijail Popescu es preservar la historia lipobana mediante prácticas sostenibles.
02:35Algún día espera poder recibir también turistas en el pueblo.

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