• el mes pasado
Audiolibro novela romantica
Transcripción
00:00— ¡Estás chantajeando a alguien!
00:02Caroline se tensó y vio cómo él levantaba la cabeza y clavaba sus ojos depredadores
00:06en ella.
00:07No.
00:08No dejó de mirarla.
00:10Sus ojos se volvieron fríos.
00:11— No, tú no harías eso, le dijo muy seguro.
00:15Sus manos cesaron de acariciarla, y la agarró por las muñecas, colocándolas a cada lado
00:20de su cabeza, inmovilizándola, para obligarla a que lo mirara a los ojos.
00:25Caroline se había puesto pálida.
00:27— Pero, te están chantajeando.
00:30Fue una afirmación rotunda.
00:31— ¿Quién, y con qué?
00:34preguntó, de pronto furioso.
00:37Caroline intentó incorporarse cuando él la soltó de las muñecas, pero tenía todo
00:40su peso sobre ella y no lo consiguió.
00:43Keine no se apartaría, no pensaba dejarla marchar hasta aclarar lo que sucedía.
00:48Por su parte, Caroline se alegró de que aquella furia no fuera dirigida a ella.
00:52Sus ojos embravecidos habían adquirido un tono más oscuro.
00:57Keine tembló cuando lo vio incorporarse lentamente sin dejar de mirarla.
00:59— ¿Vas a decírmelo?
01:01con pelos y señales.
01:03No daba pie a discusión, era una orden directa que ella cumpliría sí o sí.
01:07— Lo lamento, dijo ella al borde de las lágrimas.
01:10— ¿Qué cosa horrible has hecho para que te chantajeen y no me lo digas?
01:14— Oh, Caroline, que no puedas decírmelo a mí, tu esposo, alguien que ha hecho lo
01:19más vil y despreciable en este mundo.
01:20— Keine.
01:23— Puede ser muy malo para que te dé vergüenza decírselo al miserable de Keine Black.
01:27No me digas que pensabas que me escandalizaría.
01:29Dime, ¿quién es y con qué te chantajea?
01:33Caroline sintió la calidez de las lágrimas recorriéndole las mejillas, pero Keine no
01:37iba a tener compasión de ella hasta que le arrancara una confesión.
01:40Con manos temblorosas, sacó del bolsillo la nota arrugada que Robert le había enviado,
01:45había más, pero esa era la última que había recibido, y a Keine le faltó tiempo para
01:49arrancársela de entre los dedos y empezar a leerla.
01:52— Querida Caroline.
01:53No puedo menos que saber de tu situación financiera ahora que te has casado con el
01:57bastardo de Keine Black.
01:58Tampoco puedo olvidar que un día significamos mucho el uno para el otro, por lo que veo
02:03injusto no disfrutarla yo también.
02:05Ven mañana por la noche al parque, a las doce en punto, o me obligarás a decirle a
02:10tu esposo que la niña que has tenido es mía.
02:11Con sincero afecto.
02:13— Robert.
02:14Keine arrugó el papel con una sola mano.
02:17Cerró los ojos e intentó asimilar lo que acababa de leer.
02:21Acto seguido, desplegó los párpados y su negra mirada, llena de odio y furia, se clavó
02:26en los ojos de Caroline, quien tembló como una pequeña y delicada hoja agitada por un
02:30temporal.
02:31— Dice que mi hija es suya.
02:32Esas palabras la llenaron de terror.
02:35Pero no se iba a achantar.
02:37— No es cierto, dijo mirándolo directamente a los ojos, al borde de la histeria.
02:42Si Keine no la creía, ella se veía capaz de hacer cualquier cosa.
02:46— Es tuya.
02:48Keine la creyó, no lo había dudado ni un solo instante, porque si no una mujer iría
02:52a arrojarse en brazos de su violador, si no fuera por absoluta necesidad.
02:56— ¿Cuándo es mañana?
02:57— ¿Y a qué parque se refiere?
02:59— Mañana es hoy y el parque es el de enfrente de nuestra casa.
03:03Keine salió como una exhalación, cerró la puerta de un portazo y la dejó sola.
03:07Era la una de la madrugada.
03:09Rezó para que Robert ya no estuviera en el parque o de lo contrario Keine lo mataría.
03:14Esperó angustiada en el salón toda la noche.
03:17A ratos se ponía en pie y empezaba a caminar en círculos, como una fiera enjaulada, y después
03:22se sentaba junto a la ventana y se retorcía los dedos hasta hacerse daño.
03:25La ansiedad y el miedo se la comían por dentro.
03:28Temía que Keine le hiciera algo a Robert de lo que después se pudiera arrepentir.
03:32O que Robert se mostrase agresivo y
03:34volvió a ponerse en pie, al tiempo que pegaba la frente en el cristal.
03:38La espera era insoportable, pero al menos desde allí podía verse la calle.
03:43No vio a nadie merodeando a aquellas horas, aparte de un viejo borracho que
03:47caminó tambaleante hasta cruzar la esquina.
03:49En su cabeza se imaginó mil historias, todas con un final terrible,
03:53hasta que Keine apareció por la mañana.
03:55Nada más verlo en la calle desde la casa, se puso en pie y aguardó en la puerta.
04:00Con paso decidido lo vio avanzar desde el corredor hasta el salón,
04:03pero se quedó parado en la entrada.
04:05La mirada que le dedicó habría hecho, de ser posible, que sus venas se petrificaran.
04:11—No volverás a salir de esta casa a menos que yo te dé mi permiso, dijo,
04:15con voz demasiado calma como para no temerlo.
04:17Harás exactamente lo que yo te diga o te juro que pagarás muy caras las consecuencias.
04:22Caroline abrió los ojos como platos y se olvidó de respirar.
04:25No sabía qué había pasado, solo que Keine estaba furioso y que nada de lo que ella
04:30hiciera o dijera lo aplacaría. No dijo más y Caroline lo vio subir con grandes
04:34zancadas las escaleras que daban a su habitación.
04:36Suspiró, aliviada de que no le hubiese sucedido nada malo a su esposa.
04:41Keine estaba más que furioso. No había encontrado a ese bastardo,
04:45pero lo que más rabia le daba era que su mujer no había confiado en él,
04:48no había ido en su ayuda, y si él no podía brindarle protección para que
04:52demonios le servía estar casada con él. Había ido al parque y no lo encontró.
04:56Esperó, claro que sí, pero ese bastardo no apareció, así que se dirigió a casa de Alain.
05:02Él tenía contactos, solo Dios sabía cuántos, debía averiguar todo de ese hombre.
05:08Daría con él, que nadie tuviese la menor duda. Daría con él y...
05:12Y luego lo destruiré, había dicho, mientras apretaba los puños con fuerza.
05:17Su amigo Alain esbozó una sonrisa siniestra, más propia de un diablo, pero no fue él quien habló.
05:22Oh, eso déjamelo a mí, ya encontraré una forma sumamente dolorosa para hacerle
05:27pagar por su insolencia. La voz de Mendizábal resonó en el
05:31pequeño despacho de Alain Garni. CAPÍTULO 30
05:34Al día siguiente, Keine no acudió a desayunar. Tampoco se presentó a la hora del almuerzo,
05:40y a la hora del té carolíne ya no sabía qué más hacer para que no se la comiesen los nervios.
05:44Estaba en el salón, intentando que no se le derramase el líquido humeante de lo mucho
05:49que le temblaban las manos, cuando Mary entró con la bebé en brazos.
05:52Entonces se sintió la peor de las madres. Oh, Kathleen, gimió, extendiendo los brazos.
05:59Mary, con una sonrisa comprensiva, se la entregó a su madre, que la besó tiernamente en la frente
06:05y le pellizcó la nariz. Es una bebé preciosa, ¿verdad, Mary?
06:09Lo es, señora. Ha dormido muy bien después de que la amamantara esta mañana, señora.
06:15Oh, sí, ya le toca otra vez. Desea otra taza de té.
06:20¿Puedo llamar a Emily? No, no será necesario, gracias, Mary.
06:26Lo último que necesitaban sus nervios era ver a esa doncella.
06:29Si me disculpa, se despidió Mary, y después la dejó a solas con su bebé.
06:34En esos momentos se olvidó de todo, y solo tuvo ojos para su pequeña Kathleen.
06:38Esa misma noche Kane abrió la puerta del dormitorio principal sin ninguna delicadeza.
06:43Caroline dio un respingo y luego dejó su labor de cepillarse el pelo frente al tocador.
06:48Se levantó y empezó a caminar lentamente hacia él con un camisón de finagasa transparente
06:53flotando tras ella a cada paso. Estaba tan bella que Kane se quedó literalmente sin respiración.
06:58Antes de que pudiera decir nada de los asuntos que tenía entre manos,
07:01Caroline se lanzó a sus brazos. Sabía que había un muro entre ambos, estaba el asunto de Robert y,
07:07conociendo a su esposo, seguramente él no lo habría olvidado y mucho menos la habría dispensado.
07:12Ella también estaba algo molesta por lo de Emily, pero pasar tanto tiempo a solas la
07:17había hecho reflexionar. A pesar de los problemas, Kane era su bálsamo.
07:22Lo amaba y lo necesitaba. Quería olvidar en sus brazos todos los malos momentos y empezar de
07:27nuevo. Cuando llegó hasta él, le rodeó el cuello con los brazos y lo besó con ansia.
07:32«Te he echado tanto de menos». Dijo contra su boca.
07:35El corazón de Kane empezó a latir con fuerza. Sus músculos se tensaron y notó como todo su
07:41cuerpo se excitaba. Los besos de su esposa eran exquisitos, sus gemidos de placer y
07:46expectativa ante el futuro placer que sus cuerpos prometían provocaron en él una erección completa.
07:51Pero su cabeza estaba en otra parte. Estaba frustrado hasta el punto de querer matar a
07:56alguien. No querría encontrarse en la piel de Robert cuando diera con él.
08:00«Me temo que me ha surgido una urgencia», dijo, intentando que su voz pareciera serena.
08:05«¿Ya lo noto?», dijo Caroline, gimoteando contra su oído.
08:09Kane casi perdió el control cuando su mujer pasó delicadamente una mano sobre su entrepierna.
08:14«Tengo que marcharme». Caroline apartó los labios y lo miró, haciendo un puchero encantador.
08:21No iba a dejarlo ir tan fácilmente. Había pasado demasiado tiempo sola, deseándolo.
08:26«Sí, mi amor», ronroneó, insistente, seductora.
08:31«Lo que tú digas, solo dame unos minutos y nos iremos juntos».
08:34Era evidente que los dos no hablaban de lo mismo, pero Caroline no parecía percatarse de ello.
08:40Se colgó de su cuello, una vez más. Estaba claro que su mujer creía que todo
08:45aquello era un pequeño juego de amantes. Pero había asuntos por resolver.
08:49«¿Hablo en serio, Caroline?» Tuvo que agarrarle las manos y apartarla de él antes
08:55de que acabara con su autocontrol. Entonces ella abrió los ojos como platos,
08:59sorprendida y decepcionada a partes iguales. «Dime que no es verdad».
09:03Él movió la cabeza en forma de negación. «Me temo que no».
09:07Ella lo miró, suspicaz. «Entonces, ¿qué haces aquí?
09:12¿Para qué has venido? No lo entiendo».
09:15«¿Te presentas en nuestra alcoba, para qué?»
09:18«Para rechazarme». Se cruzó de brazos, esperando una respuesta.
09:22Sus preciosos pechos parecían más llenos bajo la presión de sus antebrazos,
09:27y con esa seda tan fina, se le marcaban los pezones.
09:30Eso lo obligó a cerrar los ojos y a contenerse para no caer en las redes femeninas.
09:34«Lo siento, únicamente he venido a comprobar que estabas aquí.
09:38Así que has venido a vigilarme». Río, irónica.
09:43«Antes de venir aquí he visitado a Catleen, pero ahora debo marcharme,
09:46Anthony me espera». «¿El señor Mendizábal?»
09:49Preguntó ella, con los ojos entrecerrados. «Me aguarda en el vestíbulo», respondió Keine,
09:56y tras darle un rápido beso en los labios, abandonó la habitación.
09:59Caroline se quedó con la boca abierta. No iba a darle ninguna explicación.
10:04Esto no iba a quedar así. Se precipitó descalza hasta las escaleras que daban al
10:09recibidor principal, siguiendo a su esposo. Vio al señor Mendizábal palmeando la espalda
10:15de Keine ya en el recibidor. «Date prisa, o yo como le decía,
10:18la damisela nos espera para que la desplumemos». «¿Damisela?»
10:22Preguntó Caroline, desde el rellano. «¿Qué demonios?»
10:27Caroline quería arrancarle la cabeza a alguien y no sabía qué le causaría más placer,
10:31si decapitar a su marido o apuñalar a ese gato hispano que la miraba con perplejidad.
10:36«¿A qué damita vais a desplumar?» Caroline, empezó a decir Keine,
10:40pero estaba claro que su mujer no tenía ni la más mínima intención de escucharlo.
10:44Después de unos cuantos juramentos muy poco femeninos y unos aspavientos con los brazos
10:48acabó sus argumentos con. «Eres un bastardo». Keine abrió grande los ojos.
10:54Caroline sintió que estallaba en lágrimas sin poder contenerse, no debería haberle llamado
10:58bastardo, entonces, lejos de ponerla sobre sus muslos y golpearle las nalgas con las manos hasta
11:04que se cansara, Keine solo tenía ganas de consolarla y besarla. Anthony puso fin a tales
11:09pensamientos. «Por todos los fuegos del infierno». Gritó. «Mujer, ¿quieres callarte? Y tú,
11:16señaló a Keine, mueve el culo antes de que lo perdamos». Caroline dejó de llorar,
11:21asombrada por la falta de modales de aquel hombre. Keine iba a lanzarle un puñetazo cuando el que
11:27parecía ser su amigo lo agarró por las sombreras y lo empujó delante de él hacia la puerta de
11:31salida. «Se lo devolveré sano y salvo, señora, así que deje de lloriquear. Se pondrá fea y ya
11:37basta con que se puso muy gorda». Caroline descubrió que ya sabía a quien prefería arrancar
11:42la cabeza. Y Keine también. Anthony todavía lo empujaba cuando subieron al carruaje. «No vuelvas
11:48a hablarle así a mi mujer». Bramó, encabritado. A Anthony no pareció afectarle lo más mínimo el
11:54enfado de su amigo. «Lo he hecho por ti, me debes un favor que me cobraré. Mientras me odie a mí,
12:00no pensará en despellejarte». Anthony resopló. «Simplemente es que eres idiota», dijo repantigándose
12:07en el asiento del carruaje, frente a su amigo. «Y vas a contarle a tu mujer que pretendes
12:12despellejar a tu propio padre. Y que si encuentras a su prometido, lo arrojarás al tamesis. Me
12:18gustaría ver cómo te lo agradece. Porque si aún siente algo por él, solo conseguirías que lloriquee
12:24más». Keine miró a Anthony, escandalizado. «Mi mujer no ama a otro hombre que no sea a mí». Cambió
12:31su expresión, al tiempo que se cruzaba de brazos. «Y ciertamente no lloriquea». Anthony enarcó una
12:37ceja, estaba claro que no creía ni una sola palabra. Sin embargo, Keine no había terminado
12:43de hablar. «Eres tú el que asusta a todas las mujeres con quien te encuentras». «Eso no es
12:48cierto». Exclamó mendizábala la defensiva. «La gran mayoría están solícitas a todas mis demandas».
12:54Fue ahora Keine quien enarcó una ceja. «Hasta que se asustan», dijo secamente, mientras Anthony lo
13:00ignoraba y volvía su morena cabeza hasta la ventanilla del carruaje. «Y lloriquean. ¿Dónde
13:06está mi padre?» Preguntó finalmente Keine. Anthony lo miró como si hubiera empezado la caza. «Justo
13:12donde debe estar, en la boca del lobo». Cuando Keine regresó de la mesa de juego era inmensamente
13:18rico, pero no estaba satisfecho. Mendizábala había desplumado a su padre y como no pudo pagar
13:23las deudas se lo llevaron detenido. Ese estúpido ludópata carecía ya de una gran fortuna, y se
13:28había endeudado aún más. Ahora haría exactamente lo que él le ordenase. También estaba Robert,
13:34él sin vergüenza no había aparecido, pero en cuanto lo hiciera acabaría en el fondo del
13:38Támesis atado a una piedra. Cuando entró en la casa, Howard lo miró de forma inquisitiva,
13:44pues era evidente que estaba ebrio, pero el mayordomo tuvo el buen juicio de no decirle
13:48ni media palabra. Subió las escaleras, tambaleándose, hasta que de una patada abrió la puerta de la
13:54alcoba de Caroline. Su esposa no lo esperaba tumbada obedientemente en su cama, ni siquiera
13:59estaba en la habitación. Mientras soltaba una maldición, se acercó a la puerta contigua y la
14:04encontró cerrada con llave cuando intentó abrirla. Forcejeó con ella y no lo consiguió.
14:08—Caroline, sé que estás despierta. Dio sonoros golpes para que le abriese y entonces escuchó
14:15el sollozo de un bebé. Maldición. La puerta de delante se abrió dejando ver a una mujer furiosa
14:20y sin ningún ánimo de acostarse con él. —Sabes cuánto tiempo me ha costado dormir a nuestra
14:25hija. Dijo muy enfadada, mientras Kathleen se revolvía nerviosa en sus brazos.
14:30—Padecé de cólicos. —Pero tú no lo sabes, porque nunca estás en casa.
14:35Keynes se abstuvo de hacer cualquier comentario, y cuando se decidió a abrir la boca la figura de
14:40su esposa ya no estaba frente a él. Al fin Kathleen se había quedado dormida. Había necesitado una
14:46media hora de masajes en su delicada barriguita, y después la había colocado sobre su pecho y dado
14:51toquecitos en la espalda para que soltase todo el aire. Por fortuna, la pequeña se durmió,
14:56y tanto madre como hija quedaron agotadas. Caroline caminó hasta su habitación arrastrando
15:01los pies de forma poco elegante. Se acurrucó en la cama y se abrazó a la almohada. Mientras tanto,
15:07no podía dejar de mirar la puerta cerrada con llave que comunicaba con la alcoba de Keynes.
15:11A pesar de que se sentía muy cansada, no era capaz de dormir. Lo deseaba, lo necesitaba,
15:17y al mismo tiempo estaba enfadada con él. ¿Cómo se atrevía a rechazarla, marchándose sin ninguna
15:23explicación, para después exigirle que le abriese la puerta, como si nada hubiese pasado?
15:27Por otra parte, ¿había hecho bien dejándolo solo? Por supuesto que sí, maldito borracho
15:34irlandés. Abrazó la almohada con fuerza, pero enojada la tiró a los pies de la cama,
15:39ésta no le daba calor. Se sintió culpable. ¿Y si se había metido en el lecho con la ropa puesta?
15:45¿Se habría dormido con las botas puestas? Bufó, exasperada, al darse cuenta de que no
15:51dormiría tranquila a menos que comprobase qué demonios pasaba con su marido. Se levantó de la
15:55cama y se puso una bata para no coger frío. Al llegar a la puerta que daba a la habitación contigua,
16:00no se molestó en llamar. Giró la llave que estaba puesta y entró sin más. En efecto,
16:06su esposo estaba tranquilamente dormido, no quería despertarlo. Pero Keynes no estaba dormido,
16:12sí tranquilo. Cuando oyó la llave girar y la puerta abrirse, estaba mirando las llamas de
16:17la chimenea. Había lanzado varios leños, pues, aunque era innecesario, el fuego ardía de una
16:23manera vivaz, inundando de luz y calor la habitación. Al igual que él ardía en deseos
16:28de hacerle el amor a su esposa. Keynes. Él apenas la miró cuando ella se acercó al sillón orejero
16:34donde estaba echado de cualquier manera. A pesar de que estaba aún enfadada, Caroline sonrió con
16:39ternura al verlo, llevaba una bota puesta y otra descansaba junto al sillón. Al parecer no había
16:44podido quitársela. Sin decir nada, se arrodilló ante él y con varios tirones se la sacó. Él alzó
16:50la cabeza y la miró como si se hubiera percatado de su presencia en aquel momento. Lo cual no era
16:55cierto. «No hagas eso», dijo, con el ceño fruncido. «No tienes por qué servir a tu marido borracho».
17:02Ella se sorprendió por la gravedad de su voz. «No es ninguna molestia, además, soy tu esposa y debo
17:09cuidar de ti, como tú cuidas de mí y de Kathleen. Así que permíteme que te ayude y deja de
17:14rechistar». Kane tragó saliva. Nunca, jamás, nadie había cuidado de él. Seguramente su madre,
17:21pero se fue demasiado pronto para que él pudiese recordarlo. La trajo hacia sí y apoyó la mejilla
17:27contra su pecho. «Oh, Caroline». Ella le acarició la cabeza. Se dio cuenta de que la voz se le había
17:34quebrado. «Kane, ¿qué es lo que ocurre?» «Lo siento, lo siento tanto». «No te preocupes»,
17:41quiso tranquilizarlo. «Vamos a la cama». Él vaciló por un momento, pero se dejó arrastrar,
17:47puesto que no quería que Caroline permaneciera descalza y de pie por más tiempo. Se tumbó de
17:52espalda sobre la cama y ella empezó a desabotonarle la camisa. La miró intensamente mientras sus
17:57delicados dedos le rozaban la piel. «¿Qué he hecho?» Gimió. Ella lo miró sin comprender.
18:03«No sé a qué te refieres. ¿Qué ha hecho una basura como yo para tener algo tan hermoso como tú?»
18:09«Kane, no digas eso». Había tanta tristeza en sus ojos que no supo a qué atenerse.
18:14«¿Te encuentras bien? ¿Quieres que llame a un médico?» Caroline le tocó la frente,
18:20preocupada por si tenía fiebre. Pero estaba a una temperatura normal, quizás un poco más cálida por
18:27culpa de haberse expuesto al fuego de la chimenea. «No, lo que me sucede no lo puede curar ningún
18:32Matasanos. Solo te necesito a ti, a nadie más. Siento que todo lo demás carece de sentido.
18:38Aparte de Katleen». Caroline vio cómo los ojos de su esposo se inundaban de lágrimas.
18:43Aún estaba borracho. Lo notaba en su aliento, y la botella medio vacía de whisky que estaba
18:49junto al sillón, en la mesilla auxiliar, se lo corroboró. Le acarició el rostro y le dedicó
18:55una bonita sonrisa. «Está bien, Kane. No me iré a ninguna parte. Katleen y yo estamos contigo,
19:02a tu lado, no te vamos a abandonar. Sabes». Empezó a decir Kane, emocionado. «Jamás quise
19:10obtener nada que no fuera venganza. Me hubiera importado una mierda ser pobre como una rata si
19:15con ello consiguiera hacerle pagar a ese miserable lo que nos hizo». Caroline no entendía nada. Le
19:20acarició el pelo y le besó la frente. «Oh, Kane», dijo compasiva. «Pero apareciste en mi vida,
19:27trayendo contigo a Katleen». Se le quebró la voz. «Eres un ángel. Sois mis ángeles». Le agarró
19:35la mano con fuerza y le besó la palma con suavidad. «Caroline, te quiero y jamás desee que alguien me
19:40amara, pero tú, tú...». La voz se le quebró. «No he querido nada que pudiera serme arrebatado
19:46y por lo cual volver a sufrir. No quise amar a nadie hasta que te conocí. Si un día me faltaras,
19:52si por lo que me he convertido te perdiera a ti y a nuestra hija, yo...». Ella lo escuchaba en
19:57silencio, hasta que él dejó de hablar, dejando la frase a medias. Aunque ella ya sabía cómo acababa.
20:03«Kane, simplemente me enojé al pensar que podrías tener una amante», le aclaró ella. «Estaba
20:09enfadada, pero no me perderás, no me marcharé a ninguna parte». «No», dijo con profunda tristeza.
20:15«No puedes, no tienes a dónde ir, por eso aceptaste volver y estar con un tipo como yo,
20:20que no te merece, que no merece nada de lo que posee. Pero sería capaz de matar para conservarlo.
20:26Para ti, y para Katleen». Ella lo miró extrañada. Luego, cuando comprendió realmente el significado
20:34de aquellas palabras, palideció. «¿Por qué dices esas cosas?». Ahora él miraba al techo y los ojos
20:40se le cerraban lentamente. «Tú tendrás todo lo que mi madre no tuvo. Yo se lo he arrebatado a mi
20:46padre, y lo gozaremos juntos». Abrió los ojos de repente y soltó un jadeo lastimero. «Pero no me
20:52sirve de nada. Yo creí que la venganza sería dulce, que una vez hecha podría olvidar. Pero no puedo,
20:58ni olvidar ni perdonar». Guardó silencio, tanto que Karoline pensó que se había quedado dormido
21:04hasta que volvió a hablar. «He vivido tanto tiempo por el deseo de venganza, por el odio,
21:09pero desde que te conocí, veo que es posible vivir con el único deseo de amar y ser amado.
21:14Oh, Keine. Pero mi hermana». Ella lo miró con la tristeza impresa en sus verdes iris y al mismo
21:20tiempo con determinación. «Ella no es culpable, Keine. Como no lo fui yo al equivocarme con Robert.
21:26Pero Karoline rectificó, «Bueno, si tengo algo de culpa, no debí confiar en ese mal hombre,
21:33ni tampoco dejar que me chantajease de semejante forma y no contártelo, debí confiar en ti,
21:37pero tenía miedo». Keine miró a su esposa con un sutil brillo en sus ojos oscuros como la noche.
21:43«Ese malnacido no te va a molestar más, descuida». «Oh, Keine, no habrás hecho».
21:49Él enarcó una ceja. «¿Acaso te importa ese hombre? ¿Acaso sigues amándolo, Karoline?».
21:56Ella suspiró. «No, Keine, por supuesto que no. Es a ti a quien amo, y por ese motivo me preocupa
22:04qué has podido hacer con él, por si se vuelve en tu contra». Keine alzó la ceja izquierda.
22:09«¿Qué quieres decir? ¿Que no voy a permitir que desperdicies tu vida y nuestra felicidad por
22:14un mal hombre como Robert Lawson? Déjalo en paz, Keine. No vale la pena. Pero tu hermana,
22:21y tu padre. Keine, no es fácil perdonar, pero si una venganza por unas malas acciones afecta
22:27a una persona inocente, deja de tener sentido, y empezará a pesar como una losa sobre ti.
22:32Piensa en él, Luis, debemos ayudarla. Oh, de lo contrario, siempre te asolará la idea de que
22:39podrías haber evitado su infelicidad. Ella no es culpable de las malas acciones de vuestro cruel
22:43padre». Keine cerró los ojos. No podía creer que estuviese sopesando el ser gentil con ese
22:49hombre por el razonamiento de su esposa. Pero sí, así era. Ella era buena, y tenía el don
22:56de hacer buenos a los demás. Habría redención para él. No lo sabía. No obstante, lo pensaría.
23:02Abrazó aún más fuerte a su esposa. La amaba, la amaba más de lo que podría ser capaz de confesar
23:09jamás. No la merecía, estaba claro. Pero tal vez, tal vez podría ser digno de ella si.
23:15No te preocupes por Robert, ya no te molestará más, eso te lo juro. En cuanto a mi padre,
23:21te prometo que me pensaré lo que me has sugerido, Yay Luis. Confío en que la protegerás, Keine.
23:28Es tu hermana, y no conozco a nadie mejor que tú para cuidar de tu familia. Eres un buen hombre,
23:33Keine. Doy fe de ello. Keine no respondió, pero una genuina sonrisa nació en sus labios.
23:40Ciertamente, Caroline sacaba lo mejor de él. Empezó a besar el nacimiento de su cuello,
23:46y notó su calidez en los labios. Cuando escuchó su gemido, supo que estaba dispuesta. Continuó
23:53besándole el cuello. Ella se retorció y volvió a gemir cuando la mano de Keine le acarició los
23:58senos. Caroline. Se colocó sobre ella y la miró a los ojos. Brillaba en ellos el deseo,
24:04pero dedicó unos instantes a honrarla con su mirada. Con el cabello desparramado sobre la
24:09almohada y las mejillas sonrosadas, era la más bonita. No pudo soportar más la espera y besó
24:14sus tiernos labios. Ella le devolvió el beso, con toda la pasión que fue capaz de demostrarle.
24:19Empezó a recorrer su cuerpo con las manos. Se había quitado la bata, pero aún llevaba un
24:25camisón de seda. La acarició a través de la suave tela. Metió las manos por debajo y notó su cálida
24:31piel, hasta que le sacó la prenda. Cuando la tuvo expuesta ante él, completamente desnuda,
24:37su erección era insoportable. «Te deseo, Caroline, más de lo que he deseado a nadie.
24:43Oh, Keine», gimió ella cuando él le besó la piel. Empezó por el cuello, y fue descendiendo por su
24:49clavícula izquierda, hasta que llegó al precioso hueco donde ambas se encontraban. Ella arqueó la
24:54espalda cuando él descendió hasta uno de sus pechos. Lo besó, y lamió el duro pezón. Escuchó su gemido,
25:01y se afanó con el otro, al tiempo que masajeaba ambos con las manos. «Eres tan dulce». Fue
25:07recorriendo su piel hasta llegar al vientre. Se detuvo en el ombligo y repartió besos en
25:12derredor. Cuando llegó a su monte de Venus, ella soltó un hondo suspiro. «Deseo honrarte,
25:17dándote placer». Le abrió las piernas y descubrió su húmedo y rosado sexo. Acercó los labios y la
25:24besó. Caroline gritó con suavidad al notar la lengua de su esposo acariciar su punto de placer.
25:29Sus labios expertos lo succionaron, soplaron sobre él, y a cada momento el placer iba
25:34haciéndose más y más intenso. Introdujo un dedo y la acarició. Ella se retorcía,
25:39gemía y suspiraba. Esos sonidos eran para él la más bella de las sintonías. Continuó lamiendo,
25:46chupando, hasta que notó cómo su sexo se tensaba. «Kane». Gritó ella, cuando el éxtasis la
25:53sobrevino. Cuando notó en los labios la última agonía, se alzó sobre ella y desanduvo el camino
25:58que sus labios habían recorrido con anterioridad. Al llegar a su boca, la besó con ímpetu. Estaba
26:04tan excitado. Con manos temblorosas, Caroline se deshizo de su camisa, ya desabrochada. Cuando vio,
26:11a la luz de la chimenea, sus fuertes músculos, se mordió el labio, expectante. Continuó acariciando
26:18la suave piel de su esposo, hasta que llegó a los pantalones. «Oh, Kane, te deseo». Le
26:25desabrochó el pantalón y, con la ayuda de los pies, se lo bajó hasta las pantorrillas. Él hizo el
26:30resto, deseando hacerle el amor a su esposa cuanto antes. «Caroline, estoy tan excitado que temo
26:36hacerte daño. ¿No lo harás, Kane? Te deseo». Con la mano, Caroline tomó su miembro. Expulsó de sus
26:45labios un hondo gemido, al notar su dureza. Jamás había deseado tanto a un hombre como deseaba a
26:50Kane. Abrió las piernas y logrió ella misma hacia su húmeda hendidura. Kane, al notar sus resbaladizos
26:57y cálidos labios, cerró los ojos y apretó los dientes para no gritar. «¿Estás segura? Oh, sí,
27:03Kane». Con una rápida y certera estocada, Kane se adentró en el paraíso. Empezó a moverse,
27:10primero con fuerza. Los sonidos que expulsaba su esposa a cada embestida lo excitaban más.
27:15La miraba a los ojos y podía ver en ellos el placer, el ansia y la devoción. Él se veía
27:21reflejado en ellos, pues sentía exactamente lo mismo. Ella alzaba las caderas para encontrarse
27:26con él, y a cada punto sus movimientos se volvían más rápidos y acompasados,
27:30hasta que se volvieron uno solo. Caroline gemía, cada vez más rápido. Kane podía notar cómo su
27:37sexo se contraía sobre él, dándole un placer que, unido a sus emociones, se transformó en
27:42puro éxtasis. Notó cómo ella regresaba al orgasmo, y solo entonces se dejó ir.
27:47«Oh, Caroline». Las últimas estocadas fueron una mezcla de fuerza y precisión. Ambos llegaron a la
27:54culminación del acto juntos, en comunión. Exhaustos, se abrazaron y besaron, sus manos
28:00continuaron acariciándose, hasta que el sueño venció a su bella esposa. Kane dedicó un tiempo
28:05a observarla dormir. Era un ángel, tan bella por fuera como por dentro. Le besó los párpados
28:11cerrados y se acurrucó a su lado en la cálida cama, abrazándola, hasta la llegada del nuevo día.
28:16Capítulo 31
28:19A la mañana siguiente, Kane se vistió con sus mejores galas. No era para menos,
28:24aquel era un gran día, pues iba a visitar a su padre ni más ni menos que a la cárcel.
28:28Su venganza casi había llegado al fin. Sin embargo, tras la conversación con su esposa
28:34la pasada noche, se le antojaba amarga. Tenía dudas. Terminó de ajustarse el
28:40corbatín después de echar de malos modos a su ayuda de cámara. Le gustaba vestirse solo,
28:44no era ningún inútil, pero el servicio estaba convencido de que sus órdenes en
28:48algunos casos eran dignas de ser desobedecidas. «Debe entenderlo, señor», le dijo Howard,
28:54haciendo acto de presencia sin haber sido solicitado, como era su costumbre,
28:58«Fierar ha servido en las mejores casas y no está acostumbrado a servir a un bastardo
29:03irlandés». Acabó la frase su señor. «La flema británica me saca de quicio y el orgullo que
29:09ostentáis me resulta absurdo y poco práctico. Búscame otro ayudante de cámara que atienda
29:13mis necesidades y esté dispuesto a obedecer». Por supuesto, Howard no estaba de acuerdo y se
29:19lo hizo saber. «Señor, no encontrará otro mejor. Además, no puede despedirlo por querer
29:25hacer perfectamente su trabajo, no sería justo». Keene puso los ojos en blanco. Luego miró a Howard.
29:32«Oye», lo señaló con el dedo, «deja de actuar como si fueses mi conciencia. Pero no lo despedirá,
29:38no si yo puedo evitarlo. No, no lo haré». Cedió Keene. «Y ahora largo».
29:44Tras resoplar como un bisonte enfurecido, Keene salió de su alcoba y se encaminó al
29:49recibidor, donde esperaba su carruaje. «Amar salsea», dijo, escuetó, cuando entró en el
29:55vehículo. El cochero no respondió y azuzó con la traya a los caballos en dirección a la cárcel
30:00de Londres. Keene entró en la cárcel. La conocía bien, sobre todo a los guardias,
30:06uno de ellos era un tipo de los bajos fondos y solía boxear en el estigma. Un tipo duro,
30:11fuerte y bravo como un toro, un ganador. Le había hecho ganar muchas apuestas a Keene,
30:16pero a cambio él también había obtenido mucho dinero, ambos se debían favores.
30:20«Hola, Dick», dijo Keene. «¿Qué tal la familia?»
30:25«Muy bien, señor Black. Qué sorpresa verlo por aquí».
30:29Sonrió irónico, pues Dick sabía exactamente a qué venía Keene.
30:33«Hay alguien más que se va a llevar otra gran sorpresa», sonrió como un depredador,
30:37«estoy deseando ver su cara». Acompañado por el carcelero, Keene atravesó el oscuro y húmedo
30:43corredor donde estaban los calabozos. Su padre, al ser un noble, tenía el derecho de disfrutar de
30:49uno más cómodo. Disponía de un catre con un mullido colchón, una manta y una palangana con
30:54agua limpia para asearse, todo un lujo, pensó Keene cuando le abrieron la puerta. Entró,
31:00y en el interior de esas paredes de piedra oscura se encontró a un anciano que,
31:03lejos de aparentar derrota, lo miraba como quien se siente superior y jamás cambiará de parecer.
31:08No le enfureció su actitud, al contrario, a Keene lo sorprendió una honda tristeza.
31:13No había nada más doloroso y decadente que alguien poco dispuesto a reconocer sus errores.
31:18Alguien que no escucha ni comprende los sentimientos de los demás jamás será capaz de aprender ni
31:23rectificar, y se verá eternamente vagando a la deriva en el cada vez más solitario río
31:27del deshonor y la soledad. El pesar de que Keene sabía que ese hombre jamás aceptaría la realidad,
31:32sintió verdadera lástima. Y eso se lo debía a Caroline, la única persona que había sido capaz
31:38de abrir su corazón. Sin embargo, quiso recordar Keene, ese no era su problema,
31:43ni tampoco su responsabilidad. Caroline le había enseñado que no debería importarle si los demás
31:48actuaban mal, lo que debía tener en cuenta únicamente era su propio honor, y nada de eso
31:53tenía que ver con ser bastardo o irlandés, noble o plebeyo. Por ese motivo, Keene había decidido
31:59perdonar a su padre. «Voy a perdonarte, viejo». Vio cómo el rostro del conde se volvía purpura de
32:05la ira que corría por sus venas. A pesar de todo, se ahogaría en su propia estupidez.
32:10«Tú...», gritó. «Tú, miserable irlandés, vas a perdonarme». Keene negó con la cabeza.
32:18Le estaba resultando harto difícil, pero había tomado una decisión. «Podría mandarte a la orca,
32:24pero sabes qué, tienes una nuera que no te la mereces. A ella le debes la vida, recuérdalo».
32:29El viejo conde no estaba nada convencido de ello y, por la rojez de su rostro y mejillas,
32:35su enfado iba en aumento. «Verás». Dijo después de un minuto que a su padre le pareció eterno.
32:41«Sólo tienes dos opciones y yo que tú las aprovecharía bien. Una es largarte», le dijo,
32:46alzando el dedo. «Y me da igual dónde, al campo, al nuevo continente, a las islas occidentales,
32:52donde desees, pero lárgate de mi vista. Y si no. Shhh». «Todavía no he terminado»,
33:00le dijo, haciéndolo callar. «No te preocupes por el dinero, yo pago el billete y tu manutención,
33:06al fin y al cabo, que pueden quedarte, cinco, diez años de vida». El conde quiso golpearlo,
33:13pero él se apartó con rapidez. «La otra opción es hundirte en la miseria, y no hablo sólo de
33:18dinero. Está claro que la desdicha que te aguarda no será sólo económica. ¿Quién sabe lo mal que
33:24vivirás en la cárcel de deudores? Aunque quizás no por mucho tiempo, con un poco de suerte hasta
33:29te lleven pronto a la horca. Callate. Si me callo no podré decirte lo que tú ya sabes. Que nadie
33:35querrá invitar a un asesino a tomar el té. Estás arruinado socialmente. Tu mejor opción es
33:41desaparecer de aquí y marcharte donde nadie te conozca». Los nudillos blancos del conde y el
33:46tono escarlata de su piel daban buena cuenta de su humor, pero Keine no se amedrentó, es más,
33:50lo disfrutó. «Y bien, ¿qué decides?». El conde cogió el abultado sobre de encima de la mesa y se
33:57lo guardó en el forro de su chaqueta hecha a medida. «Viejo zorro. Esto no acaba aquí».
34:02Keine soltó una carcajada. «Por supuesto que sí. Tú terminas aquí, y mi vida no hace más que
34:09empezar. Contigo lejos de mi vista, por fin podré empezar a vivir». Keine se levantó y dio tres
34:15pausados pasos hacia su padre. «Y recuerda esto, si vuelvo a verte la que terminará será tu vida.
34:20No habrá segundas oportunidades». Por la tensa mandíbula, Keine supo que su padre quería decirle
34:27algo, algo punzante, pero Keine no se lo permitió. Y una cosa más. Se dio la vuelta, como si hubiese
34:34olvidado algo importante, y lo miró con una templanza que ni él era capaz de asimilar.
34:38«Tu hija, y mi hermana, e Ilois, no se va a casar con ningún anciano. Si quieres que te saque de
34:45aquí, firmarás para que yo, su hermano, sea su tutor legal. De esta forma podré asegurar la
34:51felicidad de mi familia, esa que has arrebatado a todos cuantos te rodean. O de lo contrario,
34:56no saldrás de esta sucia celda, a menos que sea para que tu gazná te cuelgue de una cuerda,
35:01en el patíbulo. ¿Me has entendido, viejo?» Se dio media vuelta y empezó a marcharse. Hasta
35:08que se detuvo, al escuchar la voz de su padre. «De acuerdo», dijo, entre dientes.
35:13Keine se giró y miró sobre su hombro. «No te he oído. ¿Has dicho algo?»
35:18«Acepto el trato». Gritó el hombre, completamente desquiciado. Keine no se dio la vuelta,
35:25no quiso que ese hombre fuese testigo de la sonrisa triunfal que nació en sus labios.
35:30«Mañana mismo te enviaré todos los documentos por medio de mi abogado. Y después, recuerda,
35:35no quiero volver a verte. ¿Ha quedado claro?» «Muy claro», respondió su padre,
35:41absolutamente derrotado. Keine abandonó la celda, dispuesto a no volver a ver ni a pensar
35:46en ese hombre nunca más. La venganza no fue tan dulce como esperaba, pero fue sorprendente
35:51encontrarse en paz, incluso feliz por haber hecho las cosas como dicta el honor. Y todo
35:56gracias a su amada Caroline. Capítulo 32
36:00¿Qué te parece una pequeña recepción para dar a conocer a nuestra encantadora hija, mi amor?
36:05Ella había parpadeado ante la pregunta de Keine, pero instantes después se sintió complacida.
36:10No es que le importara codearse con la flor y nata de la sociedad, de hecho dudaba que aceptaran
36:15la invitación de quien para ellos era un bastardo irlandés, pero quedó sorprendida, y no supo si
36:20gratamente, de que marqueses, con de sí algún que otro duque aceptaran la invitación de una
36:25no tan pequeña fiesta en la finca privada de su esposo, a las afueras de la ciudad.
36:29Y aún se sorprendió más cuando toda esa flor y nata llevó de sus brazos a sus propias esposas,
36:34que no repararon en alabar la encantadora y graciosa belleza de la pequeña Katleen,
36:37y colmar de elogios a una sorprendida Caroline. Incluso su madre, Virginia Bituart,
36:43reconoció abiertamente la exquisitez de la reunión y se vio encantada de presumir de
36:47su querida nieta. Hizo también buenas migas con E. I. Lewis, algo que sorprendió a Keine
36:52tanto como lo enfurruñó. En palabras de la férrea señora Bituart, Lady E. Lewis era una
36:57auténtica rosa inglesa, y ella misma se encargaría de que tan delicada flor encontrase a un esposo
37:02digno de su belleza y posición, al igual que sucedería con su nieta en un futuro.
37:06Caroline se sentía feliz de que todo empezase a ir tan bien. La armonía reinaba en la familia,
37:11y estaba completamente segura de que parte de todo ello se debía a la encantadora E. E. Lewis,
37:16que había resultado ser una muchacha buena, inteligente y, por qué negarlo,
37:20muy hábil en las relaciones sociales. La había ayudado en todo lo referente a la etiqueta,
37:25incluso supervisó las invitaciones, hasta visitó algunas amistades de rancio a Bolengo.
37:30Y así fue como la casa de campo de Keine aquel día estuvo a rebosar de elegancia y etiqueta.
37:35¿Qué tienes tú que ver con la nobleza, Keine? preguntó Anthony, con el sarcasmo que
37:41tan bien lo caracterizaba, mientras sostenía en la mano derecha una copa de brandy y se apoyaba
37:45en la balaustrada de mármol de la preciosa escalera neorrenacentista que comunicaba la
37:49amplia terraza con el jardín. Mucho y nada a la vez.
37:52Pero si me quieres preguntar por qué demonios ha venido esta gente tan estrafalaria y rimbombante
37:57a mi casa, yo mismo responderé por ti, además de la curiosidad por conocer a mi encantadora hija,
38:02también porque saben que no deben enfadar a un hombre como yo.
38:05Se escuchó la risa de su esposa tras ellos, que en esos momentos iba del brazo de su cuñada,
38:10E. Lewis. Ambas eran unas auténticas bellezas, pero había que decir que E. Lewis era una
38:15belleza difícil de superar, o eso pensó Anthony, que la saludó galante tomando su
38:20mano enguantada para besarla, ceremonioso. Keine quiso arrancarle la cabeza por tamaño
38:25atrevimiento, pero Caroline le dedicó una significativa mirada, antes de hablar.
38:29«Creo que lo que han descubierto los prohombres de la ciudad es que mi esposo es noble de corazón»,
38:34añadió, lo que E. Lewis corroboró con un elegante y sutil movimiento de cabeza.
38:38«Coincido con mi querida Caroline», dijo la joven, sabiendo que su hermano, aunque fuera
38:44el hijo ilegítimo de su padre, la había rescatado de la infelicidad y ante ella se
38:48abría una nueva vida, donde podría escoger su propio destino.
38:51Anthony no dejaba de mirar a la delicada joven sin disimular su admiración, y ella,
38:55apocada, bajó la cabeza y se sonrojó. No obstante, en los labios se le dibujó una
39:01hermosa sonrisa que le iluminó los ojos azules. Caroline, ajena al juego de miradas entre Anthony
39:07y su cuñada, recordó el día en que le habían contado que su marido era un conocido prestamista
39:11con carácter no oficial. No habría querido sacar el asunto a relucir, pero si lo hizo
39:16Brandon Doherty, como no podía ser de otra forma.
39:19Sabes las fortunas que se llegan a perder en las mesas de juego de tu esposo. Tanto
39:24ella como su encantadora cuñada parpadearon, con las mejillas sonrosadas. Esos asuntos
39:29no debían hablarse en público, mucho menos ante las damas. Pero era evidente que los
39:34socios de Keene no conocían el decoro. «No te aflijas, solo eres una mujer». Ella abrió
39:39la boca para cerrarla a continuación y hacer un moín. Como odiaba a ese hombre, y más
39:44lo odió horas antes cuando lo encontró entre las piernas de una condesa en su biblioteca
39:48privada, con el marido de la dama en cuestión justo en el corredor por donde andaba buscándola.
39:53Tuvo que hacer auténtica magia para que el buen hombre no descubriera semejante ultraje
39:57y aquella fiesta no acabase en un duelo.
39:58«Gracias por el capote», susurró Brandon al oído de Caroline. Ella frunció el ceño.
40:04«No volverá a pisar esta casa si no aprende a comportarse como es debido».
40:09Después de que Keene pudiera abrir la boca, Caroline lo asió del brazo.
40:12«Oh, amado esposo, me han entrado unas ganas locas de bailar», dijo, haciendo un puchero.
40:18«Pero...»
40:20«Estimado señor Mendizábal, le dijo a Anthony, le confío a mi querida cuñada, Eloise. Le
40:26ruego no permita que ningún rufián se acerque a ella». Miró significativamente a Brandon.
40:32Anthony se embaró.
40:33«Por supuesto, señora». A su vez, miró a Eloise y le tendió la mano, ceremonioso.
40:39«Si le complace, me gustaría que me dedicara el siguiente vals». Eloise se sonrojó, pero
40:45aceptó la mano de Anthony, ante la mirada de advertencia de Keene.
40:49«¿Cómo se te ocurre...?»
40:51«Oh, vamos, esposo. Estoy impaciente». Caroline se apresuró a arrastrar a Keene al salón,
40:58para que no asesinase a su mejor amigo. Bailar en brazos de su esposo fue una experiencia
41:02para recordar. Mientras sus cuerpos flotaban al son de la música, sus ojos no se apartaron
41:07el uno del otro. Keene era realmente feliz, su esposa era maravillosa, inteligente, y
41:13le había dado el regalo más extraordinario que un hombre podría recibir, una bella y
41:17encantadora hija, que le alegraba el corazón día a día.
41:21Caroline no podía mirar a su esposo de otra manera que no fuera con respeto, admiración
41:25y un inmenso amor que a veces la abrumaba tanto que hacía que se olvidase incluso de
41:28respirar. Cierto era que sus negocios eran algo turbios, pero eso no podía ocultar su
41:33nobleza, su sentido de la responsabilidad y su enraizado honor. Keene, empezó a decir,
41:40cuando el balse acabó, querría decirte algo importante. Él la miró, extrañado.
41:44«Por supuesto. Vayamos después a un lugar más privado, cuando los invitados se hayan
41:50marchado». Keene sonrió como sólo él sabía.
41:54«Por supuesto, mi encantadora esposa. ¿Acaso hay algo que pueda negarte?»
41:59Una hora después Caroline entró en la biblioteca con su precioso bebé de cuatro meses en brazos.
42:04Katleen había crecido mucho, tanto Caroline como Keene se sentían orgullosos, pero también
42:09les apenaba el hecho de que lo hiciera tan rápido.
42:11«Oh, mira a papá», le dijo, mostrando a la bebé, que, al ver a su padre, sonrió
42:17y agitó las manitas.
42:19«Oh, mi pequeña consentida», dijo Keene, que sonriendo abiertamente cogió a la pequeña
42:24de los brazos de Caroline y la besó con ternura. Su esposa vio cómo Keene sostenía a la pequeña
42:29en sus rodillas y le hacía carantoñas, provocando una risa tan encantadora como contagiosa.
42:34«Es difícil no ser feliz», dijo él, besando de nuevo a Katleen, quien lo agarró del flequillo
42:40y tiró de él. «¡Ay!» Su madre se apresuró a cogerla en brazos.
42:45«Katleen, no puedes dejar a papá sin pelos en la cabeza. Ella puede hacer conmigo lo
42:50que quiera», dijo Keene. Luego se palmeó los muslos, indicándole a Caroline que se
42:55sentara en ellos.
42:56«Pero ahora vas a decirme, ¿qué querías de mí, cuando me citaste en la biblioteca?»
43:01Cuando su mujer estuvo sobre sus rodillas, le dio un tierno beso en el cuello, mientras
43:06la bebé protestaba, reclamando la atención de ambos. Ella apoyó la espalda en el torso
43:11de su esposo, también apoyó la cabeza en su hombro, y cerró los ojos, complacida de
43:15sentir su calor cuando él las abrazó a ambas.
43:18«Venga, dímelo», insistió él, acariciándole cariñoso el antebrazo. Caroline la dio ligeramente
43:25la cabeza, y él se colocó de forma que ella pudiera mirarlo a los ojos, como era su intención.
43:30Keene, empezó a decir, acomodándose en sus rodillas, «El día que te conocí, he de
43:35confesar que fue el peor de toda mi vida. Hasta que me rodeaste con tus fuertes brazos
43:40y me diste tu calor y el mayor regalo que jamás alguien podría haberme dado, a Kathleen».
43:45Él la miraba emocionado. Siempre pensó que había sido un patán con ella, al confundirla
43:50con una meretriz. Si bien era cierto que hizo todo lo posible por resarcirse, siempre sintió
43:55la espina de la culpa sangrando su corazón. Por eso, aquellas palabras lo aliviaron más
44:00de lo que Caroline podía saber. La dejó continuar.
44:03«Después, cuando más sola y desamparada me hallaba, tú me tendiste una mano cuando
44:08te pedí ayuda, desesperada. Lejos de negármela, me diste un hogar, me colmaste de caprichos
44:14y atendiste sin rechistar todos y cada uno de mis antojos».
44:18Keene soltó una carcajada que a su esposa le resultó tan genuina que no pudo hacer
44:21otra cosa más que besar sus labios con ternura. Incluso Kathleen agitó las manitas y rió,
44:27como lo hacen los bebés.
44:28«Aún recuerdo aquella noche en la cual tuve que recorrer medio Londres para encontrar
44:32nata recién batida», dijo Keene. «De seguro que la lechera te maldijo cuando la despertaste
44:37a las tres de la madrugada. Como osas. Sí estuvo encantada. Le pagué diez veces su
44:43precio y se acostó de nuevo feliz de haber cerrado su mejor negocio».
44:47Caroline volvió a besar a su esposo.
44:49«Sabes. Eres un buen hombre, y el mejor marido que habría imaginado tener jamás, y te aseguro
44:55que leí muchos cuentos de hadas con príncipes maravillosos. Él enarcó una ceja y dibujó
45:00una sonrisa burlona. He pasado de ser un bastardo a convertirme en príncipe. El más apuesto
45:05de todos los príncipes, Keene. Y el mejor padre también. A tu lado me siento segura
45:11y protegida. Yo tampoco conocí el calor de una familia. Mi madre. Esa».
45:18Keene vio la mirada que le dedicó Caroline y se corrigió de inmediato, «Esa dama encantadora,
45:23que ama tanto, tantísimo a nuestra Katleen». Caroline sonrió con tristeza. «Hacía mucho
45:29tiempo que había perdonado los errores de Virginia, y Keene la admiraba por eso. Madre
45:33no es perfecta, ser cariñosa no es su mayor virtud, lo reconozco, pero adora a Katleen,
45:39y nuestra pequeña necesita una abuela amorosa». Keene resopló. «¿Por qué será que siempre
45:44tienes razón, amada mía?» Caroline rió, y la bebé agitó sus manitas cuando él acalló
45:50su risa con un apasionado beso. Cuando los labios de ambos se separaron, sus ojos prometieron
45:55los más exquisitos placeres. «Es hora de dejar a nuestra preciosa hija al cuidado de
46:00su encantadora abuela, ¿no crees, esposa?» Caroline volvió a reír tras ponerse en pie.
46:05«¡Santo cielo!» fingió estar escandalizada. «Tienes la expresión de Alain después de
46:11que le persigan todas nuestras criadas». Keene soltó una carcajada y el corazón de Caroline
46:16se sacudió con deleite. «No, tengo la expresión de un buen padre que desea regalarle a su
46:21preciosa hija un hermanito. Uno o cinco». Keene. Caroline no paraba de reír. «Digamos
46:28que he cerrado un capítulo en mi vida. Uno bueno». Keene le rodeó la cintura, atrayéndola
46:34más hacia sí. «No, mi amor, uno que empezó mal, pero ahora solo vendrán los buenos».
46:41Caroline lo besó con ternura. Cuando el beso finalizó, le acarició el rostro, apartándole
46:46delicadamente un negro mechón de la frente. El mismo que había estirado la pequeña Katleen.
46:51«Te amo, Keene, y espero no perderme ni uno de ellos. Te amo, mi dulce Caroline», dijo,
46:58besando de nuevo sus labios con ternura. «Te amo a ti y a nuestra preciosa hija, Katleen.
47:04Ambas seréis, por siempre jamás, mis personas favoritas, las heroínas que salvaron mi alma
47:09de la oscuridad. Y nunca, jamás, dejaré de honraros». Pero ahora, Keene dibujó en
47:16su rostro una sonrisa más propia de un diablo, «Acuesta a nuestra hija y espérame en tu
47:20alcoba». «Por supuesto, señor Black».