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00:00Buenos días, espero que no les sorprenda saber que no he comprado una bandera franquista
00:04en mi vida. Para disipar las sospechas, tampoco he enarbolado nunca una de esas banderas gallináceas
00:10y no pienso comprar ninguna de ellas en el futuro. Lo cual nos lleva al vendedor de banderas
00:15diversas que incluyó en su lote las enseñas de la dictadura, que le fueron requisadas
00:19por el ayuntamiento de Palma. La autoridad cumplió con la ley, nada que objetar y cabe
00:25recordar que se trata de un consistorio de PPVox. Sin embargo, la retirada selectiva
00:31de esas banderas plantea el famoso dilema de la legalidad de vender en una librería
00:36milucha, el libro de Adolfo Hitler. El primer impulso incita a la prohibición radical,
00:43pero ¿cómo va a conocerse la dimensión de las atrocidades nazis si no se pueden
00:47examinar sus documentos? Ahora bien, colocar en el mostrador una bandera franquista puede
00:54servir de excusa para acabar vendiendo exclusiva y publicitariamente la parafernalia de la
01:00dictadura. Una solución al alcance de todo el mundo para este dilema sigue siendo no
01:06comprar banderas franquistas.