Blue Origin, propiedad de Jeff Bezos, retrasó el lanzamiento inaugural de su cohete New Glenn tras encontrarse con «algunas anomalías» durante la cuenta atrás.
El cohete New Glenn, de 97 metros de altura y bautizado con el nombre del astronauta John Glenn, estaba listo para despegar de Cabo Cañaveral a la 1 am hora local (ET), pero se enfrentó a repetidos retrasos, perdiendo su ventana de lanzamiento de las 4 am.
«Nos hemos retirado del intento de lanzamiento de hoy para solucionar un problema en un subsistema del vehículo que nos llevará más allá de nuestra ventana de lanzamiento», declaró Blue Origin.
La misión de alto riesgo pretende establecer a Blue Origin como competidor de SpaceX de Elon Musk, con el potente diseño de New Glenn que cuenta con el doble de capacidad que Falcon 9.
La primera etapa del cohete está preparada para intentar un aterrizaje en el mar, mientras que su segunda etapa transporta un prototipo de nave espacial Blue Ring destinada a misiones de servicio de satélites y de seguridad nacional.
Ariane Cornell, ejecutiva de Blue Origin, dijo que el equipo «desanclará» el cohete y evaluará las tareas a realizar durante el tiempo de inactividad, lo que determinará la próxima oportunidad de lanzamiento.
Bezos ha declarado que la compañía está nerviosa por «el aterrizaje del propulsor». La misión lleva años en desarrollo y se ha retrasado en múltiples ocasiones.
Bajo el nuevo CEO Dave Limp, Bezos ha acelerado los esfuerzos para completar New Glenn y sus motores BE-4, con miles de millones en contratos con clientes a la espera de la preparación para el lanzamiento.
El cohete New Glenn, de 97 metros de altura y bautizado con el nombre del astronauta John Glenn, estaba listo para despegar de Cabo Cañaveral a la 1 am hora local (ET), pero se enfrentó a repetidos retrasos, perdiendo su ventana de lanzamiento de las 4 am.
«Nos hemos retirado del intento de lanzamiento de hoy para solucionar un problema en un subsistema del vehículo que nos llevará más allá de nuestra ventana de lanzamiento», declaró Blue Origin.
La misión de alto riesgo pretende establecer a Blue Origin como competidor de SpaceX de Elon Musk, con el potente diseño de New Glenn que cuenta con el doble de capacidad que Falcon 9.
La primera etapa del cohete está preparada para intentar un aterrizaje en el mar, mientras que su segunda etapa transporta un prototipo de nave espacial Blue Ring destinada a misiones de servicio de satélites y de seguridad nacional.
Ariane Cornell, ejecutiva de Blue Origin, dijo que el equipo «desanclará» el cohete y evaluará las tareas a realizar durante el tiempo de inactividad, lo que determinará la próxima oportunidad de lanzamiento.
Bezos ha declarado que la compañía está nerviosa por «el aterrizaje del propulsor». La misión lleva años en desarrollo y se ha retrasado en múltiples ocasiones.
Bajo el nuevo CEO Dave Limp, Bezos ha acelerado los esfuerzos para completar New Glenn y sus motores BE-4, con miles de millones en contratos con clientes a la espera de la preparación para el lanzamiento.
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