• hace 1 minuto
De derrota en derrota hasta la disolución de las Cortes.

Esa debería de ser la secuencia lógica cuando el Gobierno Sánchez no hace otra cosa que cosechar tropiezos parlamentarios a manos del principal socio de investidura, la formación del prófugo Carles Puigdemont.

Sin embargo, como es ya la norma y la marca de la casa, el Ejecutivo sanchista prefiere echarle la culpa de sus males a la oposición, a ese Partido Popular y a ese VOX con los que nunca acuerda nada, pero que, valga la redundancia, se acuerda de ellos cuando los de Juntos por Cataluña le echan por tierra sus iniciativas.

Y eso es lo que sucedió en la jornada del 22 de enero de 2025 en el Congreso de los Diputados cuando uno de esos decretos omnibús fue tumbado por los independentistas.

Vicente Vallés, en su informativo en Antena 3, dejó bien claro que ahora mismo el Ejecutivo de Pedro Sánchez se encuentra con una situación esperpéntica. El inquilino de La Moncloa manda, pero no puede gobernar, algo esperable cuando ya empezó por no ganar las elecciones del 23 de julio de 2023:

En las democracias parlamentarias el poder se obtiene a través de la elección de representantes en las cámaras legislativas. Y esos representantes, los diputados, eligen a quien ocupará la Presidencia del Gobierno. Eso es lo que ocurrió en 2023. Pedro Sánchez no fue el candidato más votado en las urnas, pero sí conformó una mayoría parlamentaria para ser investido. Lo esperable en situaciones como estas es que el presidente gobierne sobre la base de esa mayoría parlamentaria que lo eligió.

Comentó que Sánchez podrá cambiar a los presidentes de las empresas, pero ahora mismo está atado de pies y manos para poder sacar adelante cualquier ley esencial para la gobernabilidad de España:

Pero ha pasado poco más de un año de la investidura y esa mayoría ya no existe. Es evidente que Pedro Sánchez manda, como se ha demostrado estos días cuando ha cambiado a su voluntad al presidente de Telefónica. Sánchez manda mucho, pero mandar no es igual que gobernar. Y tiene serios problemas para gobernar porque necesita el apoyo del Congreso. Una vez más se ha demostrado que no lo tiene.

Y recordó las perlas con las que Miriam Nogueras, la portavoz de Juntos por Cataluña en el hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo, obsequió al Gobierno Sánchez antes de negarle su voto favorable:

La portavoz de Puigdemont, que es su socio imprescindible, ha acusado al gobierno de ser trilero, pirata y gandul. Se hace difícil imaginar cómo se puede llegar a acuerdos de largo plazo con amigos como esos.

Categoría

🗞
Noticias
Transcripción
00:00En las democracias parlamentarias el poder se obtiene a través de la elección de representantes
00:06en las cámaras legislativas, y esos representantes, los diputados, eligen a quien ocupará la
00:12presidencia del gobierno. Eso es lo que ocurrió en 2023. Pedro Sánchez no fue el candidato
00:17más votado en las urnas, pero sí conformó una mayoría parlamentaria para ser investido.
00:22Lo esperable en situaciones como estas es que el presidente gobierne sobre la base de
00:27esa mayoría parlamentaria que lo eligió. Pero ha pasado poco más de un año de la
00:31investidura y esa mayoría ya no existe. Es evidente que Pedro Sánchez manda, como se
00:36ha demostrado estos días cuando ha cambiado a su voluntad al presidente de Telefónica.
00:40Sánchez manda mucho, pero mandar no es igual que gobernar, y tiene serios problemas para
00:46gobernar porque necesita el apoyo del Congreso. Una vez más se ha demostrado que no lo tiene.
00:51La portavoz de Puigdemont, que es su socio imprescindible, ha acusado al gobierno de
00:55ser trilero, pirata y gandul. Se hace difícil imaginar cómo se puede llegar a acuerdos
01:00de largo plazo con amigos como esos.

Recomendada