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00:00En su tallera al este de Alepo, Aburramo, ha inventado un nuevo tipo de generador.
00:06Carga baterías con una dinamo colocada en una vieja bicicleta.
00:09Vende sus bicis por el equivalente a 20 dólares y las lleva hasta casa del posible comprador para hacer una demostración.
00:16No tenemos electricidad ni generadores eléctricos.
00:20Yo soy mecánico, así que saqué la dinamo de mi coche y la puse en una bicicleta para cargar una batería con que encender lámparas LED.
00:26Si encuentro un inversor y la batería está cargada del todo, puedo suministrar electricidad para una lavadora.
00:34Desde julio pasado, tras más de cuatro años de guerra en la ciudad,
00:38los 250.000 residentes de los barrios de Alepo en manos de los rebeldes han sido cercados por las fuerzas gubernamentales.
00:45Eso significa que no les llega alimento, combustible o ayuda humanitaria.
00:51Y ellos deben arreglárselas para vivir.
00:54Jalez Curdilla ha inventado un nuevo modo de mantener un fuego para reemplazar las bombonas de gas de las estufas.
01:01Nos han obligado a volver a la era prehistórica.
01:04Nosotros recogemos garrafas metálicas vacías de la basura
01:07y les hacemos un agujero para colocar un ventilador que dirija las llamas en una dirección concreta.
01:12Eso genera un fuego mucho mayor y al mismo tiempo racionamos la madera.
01:17Solo unas calles más abajo, Amir Sandej ha encontrado la forma de afrontar el alza de los precios de la comida.
01:23Un huerto en su azotea hecho con cajas de goma espuma.
01:26El precio del azúcar se ha multiplicado casi por 10
01:29y los vegetales cuestan al menos cinco veces más que antes del asedio.
01:35Compré semillas y las planté en la azotea de mi casa.
01:39También crío pollos.
01:41Justo ahora tengo perejil y brotes de rábanos.
01:44Y pronto tendré también espinacas y acelgas.
01:47La antaño capital económica de Siria está devastada por una guerra que ha matado a 300.000 personas
01:53y ha desplazado a la mitad de la población del país.
01:56Sin final a la vista, los asediados habitantes de Alepo siguen buscando nuevos modos de sobrevivir.