Aunque la muralla fue construida hacia 1337 (según se deduce de una cédula dictada por el rey Alfonso XI), parece que el castillo ya existía desde el siglo X. La fortificación de Monte Real se levantó a causa de las desavenencias entre Alfonso XI y el rey de Portugal.
En 1497, los Reyes Católicos ordenaron a la población de Baiona que pasase a vivir dentro del recinto amurallado, pero no fue ése el deseo de los vecinos, que tan sólo aceptaron los designios de los monarcas unos años. Después, la fortaleza se fue convirtiendo en residencia de los diferentes gobernadores militares de la fortaleza, entre ellos el conde de Gondomar.
Hoy el recinto de Monterreal está convertido en Parador de Turismo y mantiene las tres torres desde las que se vigilaba la fortaleza. A la entrada está la Torre del Reloj (que escondía una campana que servía para dar la alarma en caso de ataque enemigo); al este se yergue la Torre de la Tenaza, cuyo cometido era defender el puerto mediante unas baterías de tiro, y, en la parte más oriental de la fortaleza, sobre la bahía, está la Torre del Príncipe, quizá la más antigua, que actuaba como faro para los navíos. Ésta última tiene tres escudos (de los Austrias, de los Sotomaior y el de la villa) y debe su nombre a que en ella estuvo preso el príncipe portugués Afonso Enriques en el 1137.
La fortaleza puede visitarse cualquier día del año. Desde ella es agradable presenciar las magníficas puestas de sol sobre la ría y sobre las islas Cíes y la línea marítima sobre la que se estira Baiona.
En 1497, los Reyes Católicos ordenaron a la población de Baiona que pasase a vivir dentro del recinto amurallado, pero no fue ése el deseo de los vecinos, que tan sólo aceptaron los designios de los monarcas unos años. Después, la fortaleza se fue convirtiendo en residencia de los diferentes gobernadores militares de la fortaleza, entre ellos el conde de Gondomar.
Hoy el recinto de Monterreal está convertido en Parador de Turismo y mantiene las tres torres desde las que se vigilaba la fortaleza. A la entrada está la Torre del Reloj (que escondía una campana que servía para dar la alarma en caso de ataque enemigo); al este se yergue la Torre de la Tenaza, cuyo cometido era defender el puerto mediante unas baterías de tiro, y, en la parte más oriental de la fortaleza, sobre la bahía, está la Torre del Príncipe, quizá la más antigua, que actuaba como faro para los navíos. Ésta última tiene tres escudos (de los Austrias, de los Sotomaior y el de la villa) y debe su nombre a que en ella estuvo preso el príncipe portugués Afonso Enriques en el 1137.
La fortaleza puede visitarse cualquier día del año. Desde ella es agradable presenciar las magníficas puestas de sol sobre la ría y sobre las islas Cíes y la línea marítima sobre la que se estira Baiona.
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