Siempre que hay rachas fuertes de viento, aterrizar en el aeropuerto bilbaino de Loiu, proporciona imágenes inquietatantes y experiencias incómodas para muchos pasajeros. El avión parece dar bandazos y, no es extraño que el comandante decida abortar la maniobra de aterrizaje. Pero los pilotos están entrenados. Según el Colegio Oficial de Pilotos de Aviación Comercial (COPAC), las maniobras de aterrizaje y despegue con viento cruzado se ensayan y se cuenta además con todos los datos meteorológicos del lugar de destino, por lo que se sabe cómo actuar.
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