• hace 5 años
No es raro que la agresividad y la confusión se presenten en una relación fraternal. De hecho, es un comportamiento normal en todo tipo de relaciones. Por el contrario, una situación en la que los hermanos no se pelean, puede revelar un comportamiento anormal y un cierto odio, no reconocido, que podría ser peor con el pasar del tiempo. Es decir, el odio y la violencia no deben confundirse. Por supuesto, el comportamiento de los padres tendrá una influencia significativa en estos actos de violencia. Si los padres tienden a hablarse mal, los hijos reproducirán este patrón entre ellos. Por lo tanto, es importante tener cuidado con la forma en que hablas y actúas. Si la violencia parece irremediable, no se preocupe: ¡en la mayoría de los casos, el tiempo acaba con esta conducta!

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