Viví en la calle y una pareja espeluznante me recogió

  • hace 4 años
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Hola, chicos, me llamo Sarah. ¿Qué elegirías: ser un esclavo en la casa de tus propios papás o ser libre, pero sin hogar? Mi situación me ha obligado a elegir la segunda opción...
Crecí en un ambiente muy duro. Mi papá solía ser un agente inmobiliario exitoso y respetable. Cuando mi mamá estaba viva, tenían serios problemas. Él restringió su libertad en todos los aspectos. Le prohibió trabajar, salir con amigos o hablar con otros hombres... ¡La trataba como a Cenicienta! Mamá tenía que mantener la casa ordenada y cómoda, y preparar las comidas. Ella nunca protestó contra eso... Creo que él simplemente quebró su voluntad. Ella solía ser la ama de casa perfecta, pero él igual expresaba su enojo con ella casi todos los días. Al mismo tiempo, cuando salían juntos, él actuaba como un hombre de familia y un caballero decente. Todos nos consideraban una familia hermosa y perfecta.

Soy su única hija. Cuando discutían, él siempre amenazaba a mi mamá diciendo que la llevaría a un hospital psiquiátrico y que nunca volvería a verme. Aprendí a cantar y a tocar la guitarra a una edad muy temprana, porque la música me ayudaba a olvidarme de mi papá y a esconderme de la realidad. Todos me decían que tenía talento.

Desafortunadamente, mamá no pudo soportar ese estrés y presión, le diagnosticaron cáncer y murió cuando yo tenía 16 años. Estaba muy deprimida y no tenía a nadie con quien compartir mi dolor.

Después de su muerte, papá se volvió aún peor. ¡Era simplemente insoportable! Cuando llegaba a casa del trabajo, me gritaba porque la casa no estaba perfectamente limpia o porque su cena no se había servido de la manera correcta. ¡O porque mi maquillaje era demasiado colorido! El más mínimo detalle podía enojarlo y era completamente impredecible. Yo sentía que él disfrutaba el hecho de que yo era débil y que estaba tratando de convertirme en otra Cenicienta. Tenía miedo de quejarme con mis amigos o los servicios sociales, porque él tenía conexiones y todos creían en su reputación de "buen hombre". Si intentaba exponerlo, podía terminar en un hospital psiquiátrico. Eso es seguro…

También bebía demasiado alcohol y, cuando lo hacía, yo tenía que salir de la casa, ir al parque y cantar bajo mi árbol favorito. Para entonces, había comenzado a componer mis propias canciones. Mi papá, por supuesto, consideraba que mi música era un pasatiempo es

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