Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Concordia ha revelado que las personas con dislexia leen de manera más lenta y tienen más dificultad que los lectores normales.
Utilizando tecnología de seguimiento ocular, los investigadores registraron los movimientos de los ojos de los lectores y encontraron que las personas con dislexia tienen una forma diferente y más difícil de procesar la información visual.
Según Léon Franzen, autor principal del estudio, Se descubrió que la diferencia de velocidad no se debe a que los tiempos para procesar la información sean más largos en comparación con alguien sin esta patología. Por lo tanto, el autor sugiere que existe una relación directa en los movimientos oculares en las personas con dislexia.
El coautor del estudio, Aaron Johnson, menciona que el siguiente paso del grupo de investigación será explorar si pueden realizar cambios que ayuden a los lectores disléxicos. Uno de los cambios que probarán es alterar las fuentes y el tamaño del texto para determinar si esto beneficia a las personas con problemas de aprendizaje.
Estos hallazgos son importantes para comprender mejor las dificultades que enfrentan las personas con dislexia al procesar la información visual y podrían abrir nuevas oportunidades para desarrollar estrategias de apoyo y mejorar la experiencia de lectura para aquellos con este trastorno
Utilizando tecnología de seguimiento ocular, los investigadores registraron los movimientos de los ojos de los lectores y encontraron que las personas con dislexia tienen una forma diferente y más difícil de procesar la información visual.
Según Léon Franzen, autor principal del estudio, Se descubrió que la diferencia de velocidad no se debe a que los tiempos para procesar la información sean más largos en comparación con alguien sin esta patología. Por lo tanto, el autor sugiere que existe una relación directa en los movimientos oculares en las personas con dislexia.
El coautor del estudio, Aaron Johnson, menciona que el siguiente paso del grupo de investigación será explorar si pueden realizar cambios que ayuden a los lectores disléxicos. Uno de los cambios que probarán es alterar las fuentes y el tamaño del texto para determinar si esto beneficia a las personas con problemas de aprendizaje.
Estos hallazgos son importantes para comprender mejor las dificultades que enfrentan las personas con dislexia al procesar la información visual y podrían abrir nuevas oportunidades para desarrollar estrategias de apoyo y mejorar la experiencia de lectura para aquellos con este trastorno
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