Alfonso Rojo: “Hay una España sin voz y un Periodismo que 'estafa' informativamente a la ciudadanía”
Estamos rodeados.
Mires al cielo o al suelo, en esta España de Sánchez siempre hay un lelo.
Viene de mucho antes, porque en tiempos de Zapatero y también de Rajoy ya copaban los progres las tertulias de radio y las cadenas de televisión, pero lo de los últimos cinco años es de aurora boreal.
TVE, que se promociona como ‘la televisión de todos', pero debería llamarse ‘la televisión de Sánchez y compinches de la Coalición Frankenstein’, no es un caso aislado sino la norma.
Y la consecuencia, la más funesta, es que una parte sustancial de la sociedad española no existe, para la inmensa mayoría de los medios de comunicación.
Sólo aparece para ser insultada o denunciada.
No fue hasta 2019, cuando VOX logró más del 10 % de los votos y 24 diputados en las elecciones generales, que la gente empezó a oír desde la tribuna del Congreso frases, propuestas, críticas y ideas que hasta entonces sólo se escuchaban en privado, en la calle, el bar o la oficina y que jamás aparecían en los diarios, los telediarios o los debates periodísticos.
Buena parte del éxito de Abascal estriba en haber dado voz a millones de españoles, sobre cuya opinión y preocupaciones se echa un manto de silencio.
Eso, mientras se sobrerepresenta y magnifica el otro lado del espectro, hasta el mas estrafalario o estrambótico
Dicen que en Política, lo realmente complicado es pasar de la poesía a la aritmética. También en periodismo, porque los números son implacables.
En las últimas generales, VOX cosechó casi cuatro millones de votos, prácticamente un millón más que Podemonos, que era como aparecía la franquicia chavista-comunista antes de hacerse un lifting con la etiqueta de Sumar.
La adición de la ERC de Rufián, el JUNTS de Puigdemont y los zarrapastrosos de la CUP, da 1.650.00 separatistas catalanes.
Pues a pesar de esos dígitos, que dejan claro que el partido de Abascal tiene tanto o más peso social que todo el conjunto de cómplices de Sánchez, no habrán visto ustedes nunca a un tertuliano que defienda a pecho descubierto las tesis VOX en Telecinco, Antena 3, LaSexta, Cuatro, TV3 e incluso 13.
Si, de forma regular, a independentistas e incluso proetarras, mas o menos disimulados.
El pasado jueves, con un militante del PSOE como maestro de ceremonias, hubo en la pública un debate de portavoces.
De los siete partidos que allí debatían sobre España, tres eran separatistas antiespañoles, uno era el comunista aliado de Sánchez y el quinto era ese PSOE que da cuartelillo, blanquea y depende de los anteriores.
Constitucionalistas, solo dos: VOX y PP.
Coincidirán conmigo en que ese 5 contra 2 no refleja en absoluto la sociedad española y lanza al espectador una imagen falseada de lo que somos y pensamos.
Periodísticamente es una aberración, una estafa a la ciudadanía, pero no tengo claro que vaya a cambiar a partir de este 23J, a menos que al PP no le quede otro remedio que mimar a VOX para m
Estamos rodeados.
Mires al cielo o al suelo, en esta España de Sánchez siempre hay un lelo.
Viene de mucho antes, porque en tiempos de Zapatero y también de Rajoy ya copaban los progres las tertulias de radio y las cadenas de televisión, pero lo de los últimos cinco años es de aurora boreal.
TVE, que se promociona como ‘la televisión de todos', pero debería llamarse ‘la televisión de Sánchez y compinches de la Coalición Frankenstein’, no es un caso aislado sino la norma.
Y la consecuencia, la más funesta, es que una parte sustancial de la sociedad española no existe, para la inmensa mayoría de los medios de comunicación.
Sólo aparece para ser insultada o denunciada.
No fue hasta 2019, cuando VOX logró más del 10 % de los votos y 24 diputados en las elecciones generales, que la gente empezó a oír desde la tribuna del Congreso frases, propuestas, críticas y ideas que hasta entonces sólo se escuchaban en privado, en la calle, el bar o la oficina y que jamás aparecían en los diarios, los telediarios o los debates periodísticos.
Buena parte del éxito de Abascal estriba en haber dado voz a millones de españoles, sobre cuya opinión y preocupaciones se echa un manto de silencio.
Eso, mientras se sobrerepresenta y magnifica el otro lado del espectro, hasta el mas estrafalario o estrambótico
Dicen que en Política, lo realmente complicado es pasar de la poesía a la aritmética. También en periodismo, porque los números son implacables.
En las últimas generales, VOX cosechó casi cuatro millones de votos, prácticamente un millón más que Podemonos, que era como aparecía la franquicia chavista-comunista antes de hacerse un lifting con la etiqueta de Sumar.
La adición de la ERC de Rufián, el JUNTS de Puigdemont y los zarrapastrosos de la CUP, da 1.650.00 separatistas catalanes.
Pues a pesar de esos dígitos, que dejan claro que el partido de Abascal tiene tanto o más peso social que todo el conjunto de cómplices de Sánchez, no habrán visto ustedes nunca a un tertuliano que defienda a pecho descubierto las tesis VOX en Telecinco, Antena 3, LaSexta, Cuatro, TV3 e incluso 13.
Si, de forma regular, a independentistas e incluso proetarras, mas o menos disimulados.
El pasado jueves, con un militante del PSOE como maestro de ceremonias, hubo en la pública un debate de portavoces.
De los siete partidos que allí debatían sobre España, tres eran separatistas antiespañoles, uno era el comunista aliado de Sánchez y el quinto era ese PSOE que da cuartelillo, blanquea y depende de los anteriores.
Constitucionalistas, solo dos: VOX y PP.
Coincidirán conmigo en que ese 5 contra 2 no refleja en absoluto la sociedad española y lanza al espectador una imagen falseada de lo que somos y pensamos.
Periodísticamente es una aberración, una estafa a la ciudadanía, pero no tengo claro que vaya a cambiar a partir de este 23J, a menos que al PP no le quede otro remedio que mimar a VOX para m
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