• el año pasado
Cuando compramos un coche nuevo, tendemos a pensar que no tendrá problemas, pero no siempre es así.
Los fabricantes ofrecen una garantía a los compradores de coches nuevos, con la opción de que el concesionario añada una garantía ampliada.
Los concesionarios pueden utilizar esta táctica para evitar tener que ocuparse de los problemas que surgen después de que el comprador haya salido de sus instalaciones.
Lo primero que hay que hacer cuando se detecta un problema es hacer fotos de los daños y enviarlas al concesionario inmediatamente.
A continuación, lleva el coche de vuelta al concesionario sin demora y asegúrate de que las personas implicadas en la compra están presentes.
Por último, asegúrate de obtener documentación escrita de cualquier promesa, como el compromiso de resolver el problema, antes de abandonar el concesionario.
Si el concesionario se niega a resolver el problema, alegando que no hay pruebas de que el daño se produjera antes de la compra, ponte en contacto con el fabricante.

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