• hace 10 meses
No le importa chapotear y revolcarse en la memoria de las víctimas de ETA.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, protagonizó en la sesión de control al Gobierno una esperpéntica intervención a consecuencia de una interpelación del Partido Popular, en concreto de Marimar Blanco, hermana de Miguel Ángel Blanco, asesinado por la banda terrorista ETA el 12 de julio de 1997.

El titular ministerial, utilizando un tono bronco y amenazante, se dirigió así a la senadora del Partido Popular a la que acusó de haber propiciado insultos contra otras víctimas del terrorismo:

Señora Blanco, espero que sea la última vez que usted y yo confrontemos en este tema. De tú a tú, le tenemos todos un respeto mayúsculo a su historia y a la dignidad que representa su familia y usted. Por eso nunca alzaremos la voz, nunca insultaremos como se ha insultado a otras víctimas del terrorismo.

Yo también tengo un pasado en la lucha contra ETA: Jamás una víctima se atrevería a insultar a otra víctima del terrorismo. Le digo que hemos vencido a la organización terrorista ETA.

Hay muchos debates para continuar recuperando la memoria de las víctimas y honrarlas. Señora Blanco por ese respeto que tenemos a la historia de su familia, no desprecie esa dignidad.

Las vomitivas de palabras de Marlaska vino a consecuencia de esta acertada intervención de Marimar Blanco:

Usted pone el Ministerio del Interior al servicio de los presos etarras como un peaje más a pagar del pacto encapuchado, algo que es profundamente miserable. Usted pagaba a Bildu cada semana, cada viernes negro, acercando a cinco presos por cinco votos,"olvidando que estaba pagando con la dignidad de la gente que se jugó la vida en el País Vasco. Es el ministro que ha cumplido con el deseo de Otegi, presos a cambio de presupuestos, 382 traslados.

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