El ‘affaire’ Koldo, el ‘caso’ Ábalos o el ‘cotarro’ Sánchez, que es como se debería llamar, promete ser muy divertido. Para empezar, da risa ver a los mandamases del PSOE, ayudados por los periodistas del ‘pesebre monclovita’, haciendo contorsiones para que el gordo del puticlub no les caiga encima.
Y para partirse la caja escuchar a Sánchez que la lucha contra la corrupción "ha de ser implacable, venga de donde venga y caiga quien caiga”.
El jefe del partido que es la madre de todas las corrupciones, el de los EREs andaluces, el de Roldán que robaba hasta a los huérfanos de la Guardia Civil, el de los diputeros del Tito Berni, el del saqueo a los fondos reservados, el que no ha tenido empacho en salvar a ETA de la extinción, para que pueda redondearles las mayorías en el Congreso y ha cepillado el delito de malversación, para que los golpistas catalanes le den sus votos, poniendo ojos de cordero degollado y afirmando engolado que ‘quien la hace la paga’.
Tiene coña esto último, porque nos acabamos de enterar de que los compinches de Ábalos esconden 130 millones en una ‘offshore’ de Luxemburgo y vemos al ex ministro pavoneándose en LaSexta y alardeando de que no se despega del escaño ni con disolvente.
¿Desde cuándo sabe Sánchez que quien fuera su principal valedor, el tipo al que hizo dos veces ministro, el sujeto que ocupó un lustro la secretaria de Organización del PSOE, se lo llevaba crudo?
¿Quiénes en La Moncloa, además del ‘capo’, conocían los chanchullos de Koldo y compañía?
¿Por qué dos presidentes autonómicos del PSOE y al menos tres ministros socialistas -incluidos Marlaska e Illa- contrataron con ese chiringuito sin historial, sin personal cualificado y sin garantía alguna?
¿Por qué han mantenido a sueldo en el Ministerio de Óscar Puente a parientes del baladrón a quien Sánchez describió como ‘ejemplo para la militancia’ e inagotable ‘aizkolari’ contra las injusticias?
Todo eso se lo van a preguntar VOX y PP al presidente del Gobierno Frankenstein y a cuatro de sus ministros en el Pleno del Congreso, pero ya les adelanto que Sánchez, Abalos, Puente, Marlaska o Torres no dirán otra cosa que la derecha española es muy mala y que ellos respaldan a la Justicia.
De Francina Armengol, que también parece implicada hasta las cachas, ni comento.
La respuesta a lo que he preguntado antes, la razón por la que Koldo y secuaces tenían puente de plata para robar a manos llenas dinero público, mientras los ciudadanos españoles estaban confinados en sus casas, las empresas cerradas a la fuerza, las UCIS sin respiradores, las Fuerzas de Seguridad carecían de guantes o mascarillas y todo el mundo temía morirse, se la doy yo.
Mangaban como si no hubiera verano, porque cuando Koldo llamaba exigiendo un contrato millonario, los que descolgaban el teléfono sabían perfectamente que al otro lado de la línea no estaba un simple portero de puticlub, sino el cacique Abalos, respaldado por el califa Sánchez.
Y para partirse la caja escuchar a Sánchez que la lucha contra la corrupción "ha de ser implacable, venga de donde venga y caiga quien caiga”.
El jefe del partido que es la madre de todas las corrupciones, el de los EREs andaluces, el de Roldán que robaba hasta a los huérfanos de la Guardia Civil, el de los diputeros del Tito Berni, el del saqueo a los fondos reservados, el que no ha tenido empacho en salvar a ETA de la extinción, para que pueda redondearles las mayorías en el Congreso y ha cepillado el delito de malversación, para que los golpistas catalanes le den sus votos, poniendo ojos de cordero degollado y afirmando engolado que ‘quien la hace la paga’.
Tiene coña esto último, porque nos acabamos de enterar de que los compinches de Ábalos esconden 130 millones en una ‘offshore’ de Luxemburgo y vemos al ex ministro pavoneándose en LaSexta y alardeando de que no se despega del escaño ni con disolvente.
¿Desde cuándo sabe Sánchez que quien fuera su principal valedor, el tipo al que hizo dos veces ministro, el sujeto que ocupó un lustro la secretaria de Organización del PSOE, se lo llevaba crudo?
¿Quiénes en La Moncloa, además del ‘capo’, conocían los chanchullos de Koldo y compañía?
¿Por qué dos presidentes autonómicos del PSOE y al menos tres ministros socialistas -incluidos Marlaska e Illa- contrataron con ese chiringuito sin historial, sin personal cualificado y sin garantía alguna?
¿Por qué han mantenido a sueldo en el Ministerio de Óscar Puente a parientes del baladrón a quien Sánchez describió como ‘ejemplo para la militancia’ e inagotable ‘aizkolari’ contra las injusticias?
Todo eso se lo van a preguntar VOX y PP al presidente del Gobierno Frankenstein y a cuatro de sus ministros en el Pleno del Congreso, pero ya les adelanto que Sánchez, Abalos, Puente, Marlaska o Torres no dirán otra cosa que la derecha española es muy mala y que ellos respaldan a la Justicia.
De Francina Armengol, que también parece implicada hasta las cachas, ni comento.
La respuesta a lo que he preguntado antes, la razón por la que Koldo y secuaces tenían puente de plata para robar a manos llenas dinero público, mientras los ciudadanos españoles estaban confinados en sus casas, las empresas cerradas a la fuerza, las UCIS sin respiradores, las Fuerzas de Seguridad carecían de guantes o mascarillas y todo el mundo temía morirse, se la doy yo.
Mangaban como si no hubiera verano, porque cuando Koldo llamaba exigiendo un contrato millonario, los que descolgaban el teléfono sabían perfectamente que al otro lado de la línea no estaba un simple portero de puticlub, sino el cacique Abalos, respaldado por el califa Sánchez.
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