Ayer les decía que el socialista Patxi López es más tonto que ‘Pichote’ y hoy le toca a Marlaska.
El antaño juez honorable y ahora penoso ministro del Interior parecía un tipo muy listo, pero se ha revelado como un ‘Abundio’, ese que corría solo y llegó segundo.
Supongo que ya habrán escuchado la pavada que ha soltado con motivo de la defenestración de la directora de la Guardia Civil, tras descubrirse que el marido de la interfecta se lo llevó crudo con los ERE andaluces.
Ha dicho Marlaska que la socialista María Gámez es “la mejor dirigente que ha tenido la Guardia Civil en 178 años de historia”.
Añade el subalterno de Sánchez que, gracias a la labor de Gámez, "el amiguismo y el nepotismo han sido abolidos”.
Vamos a ver, ‘Abundio’: Gámez ha estado tres años en el cargo y entre sus tropelías cuentan desde el cese del coronel Pérez de los Cobos, por no plegarse a los chantajes del Gobierno, a tolerar o no ver bajo sus narices el pillaje del Tito Berni y sus comparsas en las obras de los cuarteles.
Y resulta que, siendo concejal socialista de Málaga, se compró un ático de un millón de euros, justo el mismo año que su marido pegaba un multimillonario pelotazo con los EREs.
He oído a un listo en la tertulia de Carlos Herrera que a ella no la podemos hacer responsable de los pufos de su marido, otra pata negra del PSOE, pero resulta que en la escritura del inmueble aparece su firma como propietaria del 50%.
¿No le mosqueaba como afluían los fajos de billetes?
¿No se enteraba?
¿No disfrutaba de los frutos del latrocinio?
Esta es la segunda vez que un director de la Benemérita, nombrado por un presidente socialista, cae por corrupción.
El anterior fue el pícaro Luis Roldán.
¿Y cuál es la lectura que hace Marlaska de este pringoso vodevil?
Pues que María Gámez es un dechado de virtudes y lo mejor que les ha pasado nunca a los del tricornio.
Un insulto más a la inteligencia de los españoles, que suelta un ministro reprobado por el Parlamento por mentir y que se pliega a cualquier desafuero que le exija un jefe llamado Sánchez, que ha convertido el embuste, la trampa y la arbitrariedad en sus señas de identidad.
Esto sólo se arregla con unas elecciones generales y unas patadas en el culo.
En el de ‘Abundio’ Marlaska, en el de ‘Pichote’ López, en los de la ‘Banda de la Tarta’ y en el de Pedro Sánchez, el amo de todos ellos.
El antaño juez honorable y ahora penoso ministro del Interior parecía un tipo muy listo, pero se ha revelado como un ‘Abundio’, ese que corría solo y llegó segundo.
Supongo que ya habrán escuchado la pavada que ha soltado con motivo de la defenestración de la directora de la Guardia Civil, tras descubrirse que el marido de la interfecta se lo llevó crudo con los ERE andaluces.
Ha dicho Marlaska que la socialista María Gámez es “la mejor dirigente que ha tenido la Guardia Civil en 178 años de historia”.
Añade el subalterno de Sánchez que, gracias a la labor de Gámez, "el amiguismo y el nepotismo han sido abolidos”.
Vamos a ver, ‘Abundio’: Gámez ha estado tres años en el cargo y entre sus tropelías cuentan desde el cese del coronel Pérez de los Cobos, por no plegarse a los chantajes del Gobierno, a tolerar o no ver bajo sus narices el pillaje del Tito Berni y sus comparsas en las obras de los cuarteles.
Y resulta que, siendo concejal socialista de Málaga, se compró un ático de un millón de euros, justo el mismo año que su marido pegaba un multimillonario pelotazo con los EREs.
He oído a un listo en la tertulia de Carlos Herrera que a ella no la podemos hacer responsable de los pufos de su marido, otra pata negra del PSOE, pero resulta que en la escritura del inmueble aparece su firma como propietaria del 50%.
¿No le mosqueaba como afluían los fajos de billetes?
¿No se enteraba?
¿No disfrutaba de los frutos del latrocinio?
Esta es la segunda vez que un director de la Benemérita, nombrado por un presidente socialista, cae por corrupción.
El anterior fue el pícaro Luis Roldán.
¿Y cuál es la lectura que hace Marlaska de este pringoso vodevil?
Pues que María Gámez es un dechado de virtudes y lo mejor que les ha pasado nunca a los del tricornio.
Un insulto más a la inteligencia de los españoles, que suelta un ministro reprobado por el Parlamento por mentir y que se pliega a cualquier desafuero que le exija un jefe llamado Sánchez, que ha convertido el embuste, la trampa y la arbitrariedad en sus señas de identidad.
Esto sólo se arregla con unas elecciones generales y unas patadas en el culo.
En el de ‘Abundio’ Marlaska, en el de ‘Pichote’ López, en los de la ‘Banda de la Tarta’ y en el de Pedro Sánchez, el amo de todos ellos.
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