• hace 8 meses
Mantener una hidratación óptima es crucial para el bienestar general, y el color de la orina puede ser un indicador fiable de tu hidratación.
Lo ideal es que la orina sana muestre un tono amarillo pálido, resultado del urocromo, un subproducto de la descomposición de los glóbulos rojos.
La intensidad de este color está directamente relacionada con los niveles de hidratación: cuanto más clara sea la orina, mejor.
Aunque una orina clara puede parecer ideal, una ingesta excesiva de agua puede conducir a una sobrehidratación, con el riesgo de dilución de electrolitos.
A la inversa, beber poca agua puede provocar una hidratación insuficiente, causando fatiga y mermando el rendimiento cognitivo y físico.
Las recomendaciones generales sugieren unos 15,5 vasos diarios para los hombres y 11,5 vasos para las mujeres, incluyendo líquidos procedentes tanto de bebidas como de alimentos.
Para un enfoque personalizado, comience con 30 mililitros por kilogramo de peso corporal y ajuste en función de los niveles de actividad y el clima.
Si la orina presenta tonalidades rojas o rosadas, puede indicar la presencia de sangre, lo que requiere atención médica.
La orina marrón oscuro o de color té sugiere una posible deshidratación o problemas de salud subyacentes.
La orina azul o verde puede deberse a medicamentos o colorantes alimentarios, mientras que las tonalidades amarillas brillantes pueden deberse a un consumo excesivo de vitamina B.
La orina turbia puede indicar infecciones o problemas renales, pero también puede ser benigna y a menudo se resuelve con una hidratación adecuada.
Presta atención a las señales de tu cuerpo, ajustando la ingesta de agua en función de la sed y el color de la orina para gozar de una salud óptima.

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