Romina Llamosas, una madre de Panambí, pide ayuda para su hijo Emiliano de 13 años, quien padece trastornos del desarrollo como TEA y brotes psicóticos. Criando sola a su hijo, intentó que lo reciban en un hogar pero le fue denegado por tener obra social. Vive un “calvario diario” y tuvo que ceder la tenencia de su otra hija menor debido a los brotes violentos de Emi.
Criando sola a Emiliano, ya que el padre, un gendarme, no lo ve desde hace varios años, Romina manifestó haber realizado gestiones para que su hijo pueda vivir en el Hogar de niñas Santa Teresita de Posadas, pero su solicitud fue rechazada debido a que su hijo cuenta con obra social.
“Me rechazaron porque dicen que al tener familia y obra social no corresponde. Pero la familia soy sólo yo”, se lamentó.
A pesar de contar con ayuda para el cuidado de Emiliano, Romina sostiene que no le alcanza el tiempo para rehacer su vida y volver a trabajar. Ella y su hijo residen en el kilómetro 7 de Panambí y subsisten con la asignación por discapacidad y una cuota que deposita el progenitor.
“Necesito que mi hijo esté en un lugar seguro donde reciba la contención y terapias que necesita. Yo quiero vivir, trabajar y estar con mi otra hija, pero no puedo más con esta situación”, imploró la madre entre lágrimas. “A veces pienso en quitarme la vida, pero no lo hago por mis hijos”.
En reiteradas ocasiones durante la entrevista, Romina expresó la necesidad de que un hogar pueda recibir a su hijo, comprometiéndose a visitarlo todos los días que sean necesarios. Según manifestó, vive un calvario diario y tuvo que ceder la tenencia de su otra hija de cinco años, ya que era golpeada y maltratada por su hermano mayor cuando tenía brotes.
La vida de Romina es un constante desafío para poder contener a Emiliano durante sus crisis. “Rompe todo en casa, tira muebles, me golpea y lastimaba a su hermana menor. Tuve que internarme con él en salud mental por un mes”, describió angustiada.
Tras ese episodio, pudo acceder a una cuidadora paga por 8 horas, pero luego sufrió una lesión que la dejó temporalmente inmovilizada. “Me rompí la pierna y durante dos meses estuve en cama mientras él estaba atado a otra cama”, relató con impotencia.
“No puedo dormir porque mi hijo se levanta dos, tres veces por la madrugada y yo ya no doy más.Los médicos me dicen que aguante, pero ¿cómo? Si mi hijo no duerme, grita, pega, se pone violento. Yo estoy enferma, con problemas en la espalda por el estrés. No puedo más, necesito ayuda urgente”, clamó Romina.
Finalmente, según manifestó, a pesar de sus reiterados pedidos de ayuda, Romina y Emiliano siguen sumidos en un calvario sin resolver, con un presente y un futuro que se tornan cada vez más inciertos e insostenibles.
Criando sola a Emiliano, ya que el padre, un gendarme, no lo ve desde hace varios años, Romina manifestó haber realizado gestiones para que su hijo pueda vivir en el Hogar de niñas Santa Teresita de Posadas, pero su solicitud fue rechazada debido a que su hijo cuenta con obra social.
“Me rechazaron porque dicen que al tener familia y obra social no corresponde. Pero la familia soy sólo yo”, se lamentó.
A pesar de contar con ayuda para el cuidado de Emiliano, Romina sostiene que no le alcanza el tiempo para rehacer su vida y volver a trabajar. Ella y su hijo residen en el kilómetro 7 de Panambí y subsisten con la asignación por discapacidad y una cuota que deposita el progenitor.
“Necesito que mi hijo esté en un lugar seguro donde reciba la contención y terapias que necesita. Yo quiero vivir, trabajar y estar con mi otra hija, pero no puedo más con esta situación”, imploró la madre entre lágrimas. “A veces pienso en quitarme la vida, pero no lo hago por mis hijos”.
En reiteradas ocasiones durante la entrevista, Romina expresó la necesidad de que un hogar pueda recibir a su hijo, comprometiéndose a visitarlo todos los días que sean necesarios. Según manifestó, vive un calvario diario y tuvo que ceder la tenencia de su otra hija de cinco años, ya que era golpeada y maltratada por su hermano mayor cuando tenía brotes.
La vida de Romina es un constante desafío para poder contener a Emiliano durante sus crisis. “Rompe todo en casa, tira muebles, me golpea y lastimaba a su hermana menor. Tuve que internarme con él en salud mental por un mes”, describió angustiada.
Tras ese episodio, pudo acceder a una cuidadora paga por 8 horas, pero luego sufrió una lesión que la dejó temporalmente inmovilizada. “Me rompí la pierna y durante dos meses estuve en cama mientras él estaba atado a otra cama”, relató con impotencia.
“No puedo dormir porque mi hijo se levanta dos, tres veces por la madrugada y yo ya no doy más.Los médicos me dicen que aguante, pero ¿cómo? Si mi hijo no duerme, grita, pega, se pone violento. Yo estoy enferma, con problemas en la espalda por el estrés. No puedo más, necesito ayuda urgente”, clamó Romina.
Finalmente, según manifestó, a pesar de sus reiterados pedidos de ayuda, Romina y Emiliano siguen sumidos en un calvario sin resolver, con un presente y un futuro que se tornan cada vez más inciertos e insostenibles.
Category
🗞
Noticias