• hace 7 meses
Las turbulencias son algo que todos hemos experimentado durante un vuelo y, aunque no son motivo de alarma, pueden ser una experiencia aterradora.
Sobre todo cuando hay turbulencias extremas, que son bastante peligrosas.
Las turbulencias se producen por el movimiento irregular del aire, que provoca movimientos bruscos laterales o verticales.
Cada año se notifican a la Oficina Australiana de Seguridad en el Transporte unas 25 lesiones en vuelo causadas por turbulencias.
Sin embargo, muchas no se notifican, y estos incidentes pueden provocar traumatismos craneoencefálicos y fracturas óseas.
Muchas de las lesiones se deben al movimiento de objetos sueltos, como ordenadores portátiles, que chocan con las personas cuando hay turbulencias extremas.
A pesar de ello, hasta febrero de 2024 había más de 58 millones de pasajeros en los vuelos nacionales australianos, por lo que este tipo de incidentes son poco frecuentes.

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