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El escritor Víctor Amela detalla este viernes en La Ventana cómo fueron los días
del poeta granadino en La Habana.

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00:00Hablando de ficciones, de realidades, todos los viernes Anairis Simón nos va a contar un
00:06episodio, una curiosidad poco conocida de algunos de los escritores, Anairis que
00:10sigues o de sus obras y quieres empezar por el viaje espiritual, casi místico
00:16que tuvo nuestro gran poeta Federico García Lorca en Cuba. Pues así es, hoy
00:21vamos a empezar por la puerta grande con uno de nuestros más grandes
00:25literatos, Federico García Lorca y con ese viaje que como muy bien dices fue
00:29físico pero fue también espiritual, porque cuando uno piensa en las ciudades
00:33que visitó Lorca y en las que más asociamos a sus poemas, piensa en Granada,
00:37en el Madrid de la Residencia de Estudiantes, en Nueva York, claro pero nos
00:42olvidamos muchas veces de 98 días que fueron cruciales para Federico García
00:47Lorca y es que tras seis meses en Norteamérica donde descubre es Estados
00:51Unidos que le inspira un montón, que nunca duerme, en el que la cultura está
00:55por todas partes pero en el que también ve una gran segregación con los negros
01:00y ve esos estragos del capitalismo que él plasma en poemas como la Aurora de
01:04Nueva York, después de ese viaje con claros y oscuros va a La Habana y pasan
01:0898 días que cambiarán su visión del mundo y le inspirarán y a su vez el
01:14dejar allí su impronta en La Habana. Hemos llamado a Víctor Amela que es
01:19autor de Si yo me pierdo, una novela en la que relata lo que vivió Lorca en Cuba.
01:24Hola Víctor, buenas tardes. Buenas tardes. Qué alegría saludarte. ¿Qué tal estás Víctor?
01:32Oye, qué bien tenerte porque yo creo que Víctor es además de una de las personas que más
01:37ha estudiado Lorca, una de las que mejor lo entiende y eres el autor de
01:41Si yo me pierdo, que es una novela en la que retratas ese viaje, novelas, ese viaje
01:46de Lorca y tu experiencia yendo tras sus pasos. ¿Cómo se te ocurre esta
01:49estructura y por qué te interesa este tema?
01:53Bueno, yo tengo interés por la figura de Lorca como puedes tener tú, pero además
01:56hay un vínculo emocionalmente muy íntimo y es que mi abuelo materno era de
02:03Granada y él convivió, no todos los días, pero al menos yo he deducido que al
02:11menos uno, muy cerquita de Federico García Lorca, en los días previos a que
02:16fuera capturado y asesinado. Claro, eso, cuando tu abuelo no te quiera hablar de
02:22eso cuando eres niño, cuando una noche te dice yo pude salvar a Lorca, es lo que
02:26a ti te mueve, cuando muere mi abuelo sin haber hablado, a indagar, a seguir en los
02:31rastros y ahí salió una novela que se titulaba justamente Yo pude salvar a
02:36Lorca, en la que homenajeo a mi abuelo y estaba cerca de Luis Rosales, que era ese
02:42grupo de falangistas que protegían a Federico y que le salió todo mal y se
02:46lo asesinaron los suyos, imagínate qué drama, para Luis Rosales toda su vida y
02:50para mi abuelo, que siempre guardó silencio, siempre cayó con una especie de peso, de
02:55pena, de vergüenza, de espanto. Una vez publicada esa novela, un amigo mío de la
03:01facultad, que lleva 35 años yendo a Cuba sin cesar, me dijo oye qué bonita tu
03:07novela, pero que sepas que Federico en Cuba es una institución y yo compañeras
03:13nunca había oído hablar de la relación de Federico con Cuba, sí sabía que había
03:17estado en Nueva York y sabía que luego había regresado a Granada, pero nadie me había
03:21explicado que de regreso el barco se detiene en La Habana, porque él se
03:26compromete a dar tres conferencias durante una semana en el Teatro de la
03:30Comedia de La Habana, de acuerdo con un viejo amigo suyo, y esas tres
03:35conferencias y esa semana se convierten en nueve conferencias y en 98 días, y claro
03:41ahí yo me pregunto por qué. Mi amigo me dice oye que sepas que el Teatro
03:45Principal de La Habana, que ahora se llama Alicia Alonso, se llamó García Lorca
03:50desde el año 61 hasta hace cuatro días. García Lorca está en la boca de todo el
03:54mundo, todo el mundo adora a García Lorca, y yo quise saber cuál era esa raíz, por
03:59qué ese afecto, ese cariño de los cubanos por Lorca, y lo entendí, lo entendí
04:03yendo, yendo en el año 20, año de la pandemia por cierto, en diciembre, que
04:08todavía no había vacunas, en los tiempos en los que me decían vas a
04:12morir, vas a ir a Cuba y no vas a volver, pero ahí me fui yo de cabeza porque yo
04:16quería pisar los lugares en los que Federico había pisado, y eso hice, y
04:21conseguí hablar con personas que, naturalmente, no directamente, porque
04:25justo se cumplían 90 años cuando yo estuve, de los días en los que había
04:29estado Federico, pero sí con personas, pude hablar con personas que
04:33habían estado con personas que habían tomado helados con Federico, o habían visitado iglesias en la
04:42Semana Santa del año 30 con Federico, y de ahí sale esa novela Anaís, en la que
04:47se me ocurrió que lo mejor era contar tanto lo que yo había averiguado en
04:52primera persona, como si estuviéramos viviéndolo en el año 30, y luego en el
04:56capítulo siguiente contar cómo yo me muevo en esa Cuba del año 20, 90 años
05:01después, a la gente que conozco, lo que me cuentan, que voy alternando año 30, año
05:0620, año 90, año 90.
05:08Dale a Matías.
05:10No, no, no, simplemente quería decir, Víctor, está claro que Lorca recordaba a Cuba hasta el punto que presumía con su verbo florido que en América ser poeta es algo más que ser príncipe, una de sus frases, pero cuando vemos Lorca, que tú has estudiado con tanto detalle, cuando vemos Hemingway, cuando vemos García Márquez, cuando vemos Cortázar, y a ti mismo como investigador de todo esto,
05:30¿qué fascinación ejerce Cuba en particular sobre estos grandes literaturas?
05:34Bueno, tú tienes que ponerte en la piel de un Federico García Lorca que acaba de
05:41cumplir 30 años, pero en realidad es coqueto, él dice que tiene 30 pero en Cuba
05:47cumple 32, pero a mí me hace maravilla esa coquetería. El 5 de junio del 30 él cumplía 32, pero él decía que tenía 30. Él se había impreso unas tarjetitas de visita, al llegar a La Habana, en las que ponía
06:00Federico García modisto, que era la forma de él entrar en sociedad y presentarse y ligar con esa etiqueta de modisto. Él se compra un traje blanco, drill 100% puro, solo llegar a La Habana para vestir elegante. En aquella Habana, que me preguntas cuál es la fascinación que podía ejercer, aquella Habana del año 30 era Nueva York, París y Roma juntas. Era maravillosa, tanto en lo monumental, porque se habían construido
06:29todas las mansiones desde el Edado, como en todos los edificios monumentales que ahora vemos cayéndose a pedazos, vemos una ruina, estaban recién construidos. Había lámparas de cristal, de araña, de esas espectaculares. Había muchísimos hoteles, uno de ellos el Hotel La Unión, donde se alojó Federico y allí escribió gran parte de la obra el público. Todo era lujo, todo era suntuosidad, todo era belleza a un grado extremo y además hablando en español. Él venía de Nueva York, donde no había
06:58como dijo él, aprendido ni papa de inglés. Llega a un lugar en el que se habla español, en el que reconoce a la gente como si fueran vecinos de Granada. Él dice al llegar, es que La Habana tiene el amarillo de Cádiz con un grado de más, tiene el rosa de Sevilla tirando a Carmín y tiene el verde de Granada con una leve fosforescencia de pez. Es Federico llegando a La Habana. Entonces se enamora de un mundo que él reconoce,
07:28es España, es la España de Dios, dice él. Él se reconoce como católico en una España en la que puede entrar en todos los templos y disfrutar, no como en Nueva York, dice que feos, que fríos, que antiestéticos son los templos protestantes, no hay ni una sola figura.
07:44Él incluso, en esos días en La Habana, hay un pequeño incendio en una iglesia que él está visitando, porque él el viernes santo dice yo tengo que visitar todas las iglesias de La Habana.
07:54Y en ese pequeño incendio, ahí ves a Federico descalzándose y subiéndose al altar y apagando el mantón que se había prendido del concilio y salvando la figura de la Virgen.
08:05Bueno, ese es Federico que disfruta de todo y yo en esa novela quería contaros que hemos siempre puesto cara triste cuando nos hablan de Federico.
08:13Y yo quiero poner una cara alegre porque él era un hombre vividor, era un hombre sibarita, era un hombre lujurioso, era un hombre que decía el mayor pecado es no disfrutar del espectáculo del mundo.
08:26Ese es el Federico que aparece en la novela.
08:28Estabas hablando, Víctor, de que él era un hombre muy religioso, muy devoto y ahí en Cuba conoció también la santería.
08:35Bueno, ahí está una parte muy interesante de la experiencia norteana en Cuba que ha sido muy poco o nada contada y me parece fascinante.
08:44Él lo primero que hace cuando regresa a Granada es escribir una carta a su amigo íntimo Rafael Martínez Nadal, amigo del alma y amigo de correrías homoeróticas,
08:54en la que le dibuja a una negra con rizos cubana y dice, esta es Santa Bárbara, que allí los negritos le llaman changó y que es la diosa del coño tremulante.
09:07Así la describe él.
09:08Yo ahí ahondé un poquito y descubrí, claro, que Federico en La Habana coincide con Lidia Cabrera.
09:14Lidia Cabrera es una chica de su edad que ha estado antes en Madrid, se han conocido y se han hecho amigos en Madrid.
09:21Ella lesbiana, él homosexual, se entienden perfectamente.
09:25Él le dedica La Casa de Infiel, ese maravilloso y famosísimo romance del romancero gitano, está dedicado a Lidia Cabrera y su negrita, es decir, la criada barra amante de Lidia Cabrera.
09:35Lidia Cabrera con los años se convertirá en la etnógrafa más importante de la cultura afrocubana.
09:42Hoy buscad cualquier cosa de la cultura afrocubana y la firma Lidia Cabrera, porque vivió hasta los años sesenta y muchos.
09:49Y ella fue quien le acompañó a un plante, bueno, fue a dos ceremonias.
09:54Un bembé, que es una cosa más festiva, en la que desciende un santo y se monta en uno de los presentes y danzan frenéticamente,
10:02y ahí hay roce, y hay puro, y hay ron, y hay sudor, y ahí no pasó nada reseñable más que quizá luego Federico se fue con un negro.
10:11Pero en otro momento hay un plante abacuá. Pues abacuá es la facción de la santería más temible,
10:19porque incluso se habla de que pueden hacer cosas como vudú o penas de muerte a distancia.
10:24Y ahí nos consta, por Lidia Cabrera que los pidió muchos años después, Federico entró en pánico, convulsionó,
10:31se le agarró con un miedo cerebral y tuvo a ella que sacarle de allí.
10:35Y luego ella decía que él aseguraba haber visto cómo le amenazaba un diablillo rojo de ojos blancos.
10:43Bueno, yo luego he investigado esto con un santero cubano, con el mi viaje a Cuba,
10:48y me quedé impresionado cuando este hombre, que solo mirando una fotografía de Federico,
10:53sin conocer a Federico García Lorca ni haberle leído, me dijo cosas que sorprendentemente coinciden con detalles íntimos de la personalidad de Federico,
11:02me dijo, no, lo que este hombre vio en ese plante fue su propia muerte.
11:07Claro, suena muy literario, pero a mí me impactó y me resonó mucho, y entendí que realmente eso es lo que pasaba.
11:12Federico veía señales de su propia muerte casi a diario en mil y una de sus vivencias.
11:19Incluso cuando él estaba en una fiesta lo más divertida y alegre y jovial imaginable,
11:26él tenía un bajón, que decía, son mis dramones, porque contrastaba esa evidencia de alegría con la conciencia lúcida que era muy presente en él de que somos mortales,
11:36de que vamos a morir, de que esto acabará, de que yo moriré.
11:39Y qué pena, porque él se quería mucho y se gustaba mucho a sí mismo y él hubiera querido vivir por siempre, ojalá.
11:47Tiene también como una obsesión con sus lunares que le da en Cuba y de repente dice, me tengo que quitar estos lunares, porque piensa que va a morir a causa de ellos.
11:57Sí, hay un poema en Poeta en Nueva York acerca de algo de una niña que muere de cáncer.
12:05Ya lo buscaremos, pero está en Poeta en Nueva York.
12:09Y como era muy sensible y hipocondríaco, llega a la conclusión, él solito, de que todas esas pecas y lunares que tiene, y tenía muchos,
12:21de hecho cuando él fue visitar al jovencito a Juan Ramón Jiménez, Juan Ramón Jiménez lo bautizó luego en sus militarios como ese niño de la luna con cráteres,
12:30que eran los lunares y las pecas, y tenía muchos por todo el cuerpo y también algunos en el rostro.
12:37Él creyó, se convenció a sí mismo de que son las rendijas por las que entrará el cáncer de vientre que me ha de matar.
12:45Eso se lo confesó a Luis María Loinaz, que luego lo contó.
12:50Y corto un hiperexposo aprovechando que José María Chacón, su amigo cubano al que había conocido en España y que le invitó a las conferencias,
12:58había padecido una apendicitis y estaba ingresado en la clínica Fortun de La Habana, pues él se ingresó en la habitación de al lado y se hizo operar por el mismo cirujano,
13:09lunares y pecas que le quitaron varios, uno en particular que tenía, parece, en la parte donde la espalda pierde su nombre.
13:15Y él estaba muy contento de haberse sometido a esa operación quirúrgica.
13:21Víctor Amela, más sobre Lorca en Si yo me pierdo, una novela deliciosa del viaje de Federico y de Víctor en Cuba.
13:31Muchas gracias, compañero.
13:33Muchas gracias, Víctor.
13:34Si yo me pierdo, que me busquen en Andalucía, en Cuba o en la cadena Ser.
13:39Un besazo.
13:40Un besazo.
13:42Hasta luego.

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