Se busca un botín que podría alcanzar más de un millón de euros. Es solo una estimación de lo que se habría embolsado el presunto mayor ciberestafador de España. Su gran golpe iba a ser en el Black Friday, el día de mayor consumo de productos electrónicos del año. La Guardia Civil creía estar siguiendo a una organización criminal liderada por un delincuente profesional. No podían imaginar que el timador es un joven leonés de apenas 23 años. Se llama Jordi Arias, al que los agentes ponen el sobrenombre de Lupín, como el personaje del ladrón de guante blanco. Según los investigadores, estafa clonando páginas web a más de 10.000 personas en toda España, pero su modus operandi se ha ido perfeccionando y saquea las cuentas bancarias de sus víctimas mientras ellas compran por internet y él les habla por teléfono. Es tan ególatra que llega a grabar cómo roba 30.000 euros y él mismo va a recoger el dinero a los cajeros automáticos.
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