Moscú ha revisado su doctrina nuclear, reduciendo el umbral para el despliegue de armas nucleares en respuesta a ataques convencionales.
El cambio, anunciado en el día 1.000 de la guerra en Ucrania, se produce después de que Kiev utilizara misiles ATACMS de fabricación estadounidense para atacar en territorio ruso.
El Kremlin se reserva ahora el derecho a considerar una respuesta nuclear ante amenazas convencionales consideradas una «amenaza crítica» para su soberanía o territorio, en lugar de amenazas puramente existenciales.
El presidente Vladimir Putin, árbitro último del arsenal nuclear ruso, señaló el ajuste en medio de la escalada de tensiones con Occidente.
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, instó a que se tuviera en cuenta el contexto completo de la doctrina, advirtiendo contra la interpretación selectiva.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskiy, condenó la medida, subrayando la ausencia de una estrategia de paz en la retórica de Moscú.
Mientras tanto, el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos declaró que no tenía previsto modificar su postura nuclear.
Ante la advertencia de Moscú de una posible escalada si se utilizan misiles occidentales contra Rusia, el primer ministro británico, Keir Starmer, criticó la doctrina calificándola de «retórica irresponsable».
El cambio, anunciado en el día 1.000 de la guerra en Ucrania, se produce después de que Kiev utilizara misiles ATACMS de fabricación estadounidense para atacar en territorio ruso.
El Kremlin se reserva ahora el derecho a considerar una respuesta nuclear ante amenazas convencionales consideradas una «amenaza crítica» para su soberanía o territorio, en lugar de amenazas puramente existenciales.
El presidente Vladimir Putin, árbitro último del arsenal nuclear ruso, señaló el ajuste en medio de la escalada de tensiones con Occidente.
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, instó a que se tuviera en cuenta el contexto completo de la doctrina, advirtiendo contra la interpretación selectiva.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskiy, condenó la medida, subrayando la ausencia de una estrategia de paz en la retórica de Moscú.
Mientras tanto, el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos declaró que no tenía previsto modificar su postura nuclear.
Ante la advertencia de Moscú de una posible escalada si se utilizan misiles occidentales contra Rusia, el primer ministro británico, Keir Starmer, criticó la doctrina calificándola de «retórica irresponsable».
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