Imágenes de satélite tomadas a finales de septiembre sugieren que el último misil balístico intercontinental de Rusia, el RS-28 Sarmat, podría haber sufrido un fallo catastrófico durante una prueba.
El RS-28 Sarmat, o 'Satán II', es uno de los misiles más potentes del mundo, capaz de transportar hasta 16 cabezas nucleares.
Las imágenes, publicadas por un analista de fuentes abiertas el 21 de septiembre, muestran un gran cráter en un punto de lanzamiento en Plesetsk, al norte de Rusia.
Los expertos creen que el misil pudo explotar durante el proceso de carga de combustible y no en el lanzamiento.
Este incidente, de confirmarse, supondría el cuarto fallo conocido del RS-28, que se ha enfrentado a una serie de desafíos en las pruebas desde su presentación en 2014.
El misil presume de un alcance de más de 18.000 km y pesa más de 208 toneladas, lo que lo convierte en una pieza clave de la estrategia de disuasión nuclear de Rusia.
Matt Korda, experto del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI), señaló que el RS-28 Sarmat está destinado a sustituir al RS-20V Voevoda, un misil de la época de la Guerra Fría.
A pesar de los contratiempos, Rusia prosigue sus esfuerzos para desplegar el Sarmat, con imágenes de satélite que muestran importantes obras de construcción en el primer lugar de despliegue previsto en el sur de Siberia.
La introducción del Sarmat se considera políticamente significativa para el Presidente Vladimir Putin, ya que representa la culminación de la modernización del arsenal nuclear ruso, planeada desde hace tiempo.
El gobierno de Putin considera el misil un elemento disuasorio clave contra la escalada nuclear en medio de las tensiones con Estados Unidos y Occidente.
A pesar de varias pruebas fallidas, el verdadero estado del RS-28 sigue siendo incierto, por lo que muchos expertos cuestionan su fiabilidad y su preparación para el despliegue.
El RS-28 Sarmat, o 'Satán II', es uno de los misiles más potentes del mundo, capaz de transportar hasta 16 cabezas nucleares.
Las imágenes, publicadas por un analista de fuentes abiertas el 21 de septiembre, muestran un gran cráter en un punto de lanzamiento en Plesetsk, al norte de Rusia.
Los expertos creen que el misil pudo explotar durante el proceso de carga de combustible y no en el lanzamiento.
Este incidente, de confirmarse, supondría el cuarto fallo conocido del RS-28, que se ha enfrentado a una serie de desafíos en las pruebas desde su presentación en 2014.
El misil presume de un alcance de más de 18.000 km y pesa más de 208 toneladas, lo que lo convierte en una pieza clave de la estrategia de disuasión nuclear de Rusia.
Matt Korda, experto del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI), señaló que el RS-28 Sarmat está destinado a sustituir al RS-20V Voevoda, un misil de la época de la Guerra Fría.
A pesar de los contratiempos, Rusia prosigue sus esfuerzos para desplegar el Sarmat, con imágenes de satélite que muestran importantes obras de construcción en el primer lugar de despliegue previsto en el sur de Siberia.
La introducción del Sarmat se considera políticamente significativa para el Presidente Vladimir Putin, ya que representa la culminación de la modernización del arsenal nuclear ruso, planeada desde hace tiempo.
El gobierno de Putin considera el misil un elemento disuasorio clave contra la escalada nuclear en medio de las tensiones con Estados Unidos y Occidente.
A pesar de varias pruebas fallidas, el verdadero estado del RS-28 sigue siendo incierto, por lo que muchos expertos cuestionan su fiabilidad y su preparación para el despliegue.
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