La noche del 30 de mayo de 1961, los valientes conspiradores finalmente se preparan para llevar a cabo su plan más arriesgado: asesinar a Rafael Leónidas Trujillo. Con precisión militar y bajo la amenaza constante de ser descubiertos, se acercan a su presa. En esta segunda parte, experimenta el drama final del dictador, cuyo reinado de terror terminó en una emboscada mortal, marcando un antes y un después en la historia de la República Dominicana.
Categoría
📚
AprendizajeTranscripción
00:00El teléfono sonó. Antonio de la Masa levantó el auricular rápidamente. Al otro lado de la línea,
00:12escuchó la voz agitada de Miguel Ángel Baez Díaz, quien traía una noticia crucial. Trujillo
00:19viajaría esa noche a San Cristóbal. Con el corazón acelerado, de la masa procedió a
00:26confirmar la información con el Teniente Amado García Guerrero, quien ese día estaba libre de
00:32servicio. Una vez confirmada la valiosa información, de la masa, conocido por su carácter
00:38impetuoso, sin pérdida de tiempo, se puso en acción. Contactó a los integrantes del Grupo
00:45de Acción accesibles en la capital dominicana, sabiendo que la oportunidad que habían esperado
00:51tanto tiempo, finalmente había llegado. La tensión y la urgencia se palpaban en el aire,
00:58mientras los conspiradores se preparaban para la noche decisiva que cambiaría el curso de
01:04la historia dominicana contemporánea. De la masa miró su reloj. Eran las 5 de la tarde del martes
01:1230 de mayo de 1961. Tenía poco tiempo para activar la emboscada. En varias ocasiones,
01:20el grupo había intentado enfrentar a Trujillo, pero no lo habían logrado. Sin embargo,
01:25de la masa presentía que había llegado el momento decisivo, que esa noche se presentaría
01:32la oportunidad crucial por la cual el grupo conspirador había esperado tanto tiempo.
01:37Usted está viendo esto gracias a Fundación Corripio, Indubeca, Banco BHD, Pinturas Tropical.
01:51Todo se desarrolló con angustiante vertiginosidad. Antonio de la Masa logró convocar a seis
01:58compañeros, algunos personalmente y otros por vía telefónica, para informarles que la hora
02:04decisiva había llegado y que las circunstancias exigían pasar de la teoría a la acción sin muchas
02:11contemplaciones. Dos horas después, el Teniente Amado García Guerrero se comunicó por teléfono
02:18con el ingeniero Roberto Pastoriza y le aseguró que efectivamente el jefe saldría esa noche fuera
02:25de la ciudad capital con destino a San Cristóbal. Pastoriza a su vez contactó a su íntimo amigo,
02:32el ingeniero Úscar Tejeda, previamente localizado por De La Masa, y de esa manera las personas clave
02:39de la conspiración fueron convocadas para entrar en acción. Tres vehículos intervinieron en la
02:46ejecución física de Trujillo. Una vez en la avenida, en las cercanías de la feria ganadera,
02:52hacia las 8.30 de la noche, los miembros del grupo de acción se repartieron las armas con las que
02:58contaban. Entonces decidieron separarse para esperar por su presa, conforme a un croquis que
03:05para tales fines había elaborado el ingeniero Roberto Pastoriza. De acuerdo con el plan original,
03:12dos de los vehículos debían esperar por una señal de cambio de luces para bloquear la autopista y así
03:18obligar al carro del dictador a detenerse, de suerte tal que el autopersecutor pudiera alcanzar
03:25y atrapar al blanco entre dos fuegos. Por razones que en ese momento estimaron más conveniente,
03:31los conductores de los dos automóviles se ubicaron en puntos distantes. Aun así,
03:37el propósito del ingeniero Tejeda, tan pronto recibiera la señal convenida desde el primer
03:42automóvil, era adelantarse al vehículo de Trujillo para, junto con el auto conducido
03:48por Pastoriza, cerrarle el paso y tenderle el cerco convenido a fin de que el carro en el
03:54que viajaban sus demás compañeros completaran la acción. En el primer auto, que durante la espera
04:01de su presa se estacionó en las proximidades del Teatro Agua y Luz, en dirección oeste-este,
04:06viajaban Antonio Invert Barrera, conductor, Antonio de la Masa, quien ocupaba el asiento
04:14derecho delantero, Salvador Estrella Zadalá y el teniente Amado García Guerrero, quienes iban
04:20sentados detrás. En el segundo carro, estacionado a 4 kilómetros de la Feria Ganadera, también en
04:27dirección oeste-este, se encontraban el ingeniero Huáscar Tejeda y Pedro Livio Sedeño, mientras que
04:35en el tercer automóvil, que se aparcó en el kilómetro 9 de la autopista, en dirección hacia
04:40San Cristóbal, lo conducía el ingeniero Roberto Pastoriza. Trujillo, algo distraído, viajaba en
04:49el asiento trasero de su Chevrolet azul celeste, contiguo a la puerta posterior derecha y con su
04:55brazo izquierdo extendido y relajado sobre el respaldo del asiento trasero del flamante vehículo
05:01modelo 57. En el interior del vehículo había tres ametralladoras, además de la pistola de
05:09reglamento que portaba el chofer. Trujillo también tenía una pistola calibre 38, así como el maletín
05:16que acostumbraba llevar consigo, repleto de dinero en efectivo, pues una de sus divisas preferidas era
05:23que lo que no podía solucionar con las balas, lo resolvía con dinero. Tan pronto los cuatro
05:30conjurados avistaron el carro del déspota, se prepararon para perseguirlo cuando pasara frente
05:37al lugar donde se encontraban estacionados. Con cierta premura encendieron el motor de su auto,
05:43hicieron un giro a la izquierda y de inmediato enfilaron en dirección este oeste tras la
05:49codiciada presa. En el momento en que el vehículo conducido por Inver Barrera se colocó paralelo
05:57al de Trujillo, Antonio de la Maza y Amado García Guerrero dispararon sus armas, creyendo
06:03erradamente que habían fallado en su primer intento y que el objetivo había salido ileso,
06:09pero en realidad no fue así. El disparo de escopeta que hizo De la Maza dio en el blanco
06:15y resultó ser mortal para el jefe. El chofer de Trujillo, ante el inesperado ataque, frenó
06:23bruscamente provocando que el automóvil manejado por Invert lo rebasara velozmente. Fue entonces
06:30cuando Invert, urgido por De la Maza, giró en U aceleradamente y se situó a unos 15 metros de
06:37distancia del objetivo. De inmediato los cuatro ocupantes del vehículo atacante se desmontaron,
06:45armas en mano, dando inicio a un intenso tiroteo que según apreciaciones de expertos militares
06:51duró aproximadamente 10 minutos, toda una eternidad para la magnitud del hecho que
06:58allí se consumaba. Trujillo y su chofer también salieron del vehículo, cuya marcha se había
07:05detenido en medio del paseo central de la avenida en posición diagonal, pues De la Cruz
07:11quiso intentar un giro a la izquierda para regresar a la capital. Una vez fuera del carro y
07:17parapetados detrás del mismo, respondía con ametralladora al fuego de sus atacantes, defendiéndose
07:24al tiempo que trataba de proteger a su jefe. Los dos Antonios, Invert y De la Maza, tirados
07:31sobre el pavimento, solicitaron a sus otros dos compañeros Estrella Sadalá y García Guerrero que
07:38los cubrieran, ya que tratarían de acercarse al carro de Trujillo con el propósito de terminar
07:44rápidamente el enfrentamiento que, según consideraban, se estaba prolongando demasiado.
07:50De la Maza logró deslizarse por el pavimento hasta posicionarse detrás del vehículo de Trujillo,
07:56mientras que Invert lo hizo por la parte delantera. La intensidad del tiroteo aumentaba
08:03cada vez más cuando de repente De la Maza, después de haberle disparado otra vez al
08:09tirano, gritó ¡Tocayo, va uno para allá! En medio de aquella lluvia de proyectiles,
08:17los atacantes del jefe no se percataron de que el chofer de este había cesado de disparar,
08:22fuera porque había perdido el conocimiento o porque había abandonado su posición a fin
08:28de preservar la vida, replegándose hacia la maleza. Mientras que Invert sí pudo notar que
08:34una persona, evidentemente mal herida, se tambaleaba frente al vehículo en donde minutos
08:40antes se encontraba el hombre más poderoso del país. Era Rafael Leónidas Trujillo,
08:47cuyo metal de voz Invert reconoció, y que se quejaba de las heridas recibidas,
08:53o profería palabras que en ese momento resultaron ininteligibles. Un certero disparo de Invert que
09:00Trujillo recibió en el pecho, detuvo abruptamente su marcha y le hizo desplomarse sobre el pavimento.
09:07En ese preciso instante, Antonio De La Maza, a la velocidad de un rayo, emergió de la
09:14oscuridad de la noche, aproximándose al cuerpo del dictador, que yacía sobre el
09:19pavimento boca arriba, con la cabeza en dirección a Jaida, y le descerrajó un tiro de pistola en la
09:26barbilla. Dicen que Bruto, cuando le asestó la estocada mortal a Julio César, exclamó,
09:38así les ocurra siempre a los tiranos. Antonio De La Maza, en cambio, en el momento culminante
09:45de aquella hazaña digna de Aquiles o de Ulises, lanzó una expresión típica de la sabiduría
09:51campesina dominicana, que bien pudo figurar como epitafio en la lápida que cubriría los
09:57despojos mortales del tirano, este guaraguao no come más pollos. En cuestión de minutos,
10:04Trujillo estaba muerto. Se atribuye a Plutarco, el de vidas paralelas, haber sostenido que la
10:13muerte de un tirano, es un acto de suprema virtud cívica, aseveración que concuerda con la tradición
10:19política de los griegos y romanos de la época clásica, para quienes la muerte de un tirano
10:25infame, era considerada un acto glorioso y por demás heroico. Honor y respeto merecen los héroes
10:33del 30 de mayo, quienes acometieron la extraordinaria hazaña política de eliminar un tirano, para que
10:41el pueblo dominicano pudiera cristalizar su anhelo de libertad y de justicia social. Por tal motivo,
10:48el pueblo agradecido, rememora el 30 de mayo como el día de la libertad.
10:53Un viaje a la historia llega a ustedes gracias a Fundación Corripio, Indubeca, Banco BHD, Pinturas Tropical.