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00:00Buenos días, en cuanto les avanzo que vamos a hablar de la interacción entre máquinas
00:03y personas, ustedes se temen con razón, un sermón en torno a la superioridad del ser
00:08humano.
00:09Y así hubiera sido, pero después llegó el lunes.
00:12Fue un día normal de los 30.000 que entran en una existencia media, transcurrió sin
00:17efusiones exageradas, con un cierto desapego hacia el exterior.
00:20A las 10 de la noche, y ya saben que ahora llevamos cronometrado hasta el último segundo
00:24de nuestras vidas, efectué una compra rutinaria por ordenador, soy cliente de Amazon desde
00:291998.
00:31Iba a borrar de mi bandeja de correo el acuse de recibo emitido por un robot cuando me sorprendió
00:36en tipografía destacada y entre signos de exclamación un gracias por tu pedido.
00:42Iba además seguido por mi nombre, sin el formalismo del apellido.
00:46No debería confesar esto, pero el mensaje me impactó.
00:49Iba a decir que me reconcilió con los seres humanos, pero me estaba hablando un engendro
00:53sin alma a quien en teoría no le importaba lo más mínimo.
00:58¿De dónde extraemos dos consecuencias?
01:00Que el mensaje radica en el receptor y que hay que decir gracias además de llamar a
01:06las personas por su nombre.