El enviado especial al Vaticano, Aimar Bretos, se encuentra frente a las largas colas que forma toda la gente que confía en llegar a la Plaza de San Pedro, donde se acumulan turistas, romanos y fieles de todo el mundo que intentan entrar a la Basílica que quieren acceder para dar el último adiós al papa Francisco antes de su funeral, que se celebrará el próximo sábado.
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