La calma que hay hoy en una urbanización de Camas, en Sevilla, es solo apariencia. El cristal roto de un coche o la marca de una pedrada en el parabrisas son la violenta realidad que se vive entre los dueños de estas casas y los okupas. Según Miguel Pérez, de la Plataforma "Camas Indignados", los okupas llevan tiempo amenazando a los propietarios. La tensión se instaló en la urbanización y este fin de semana estalló en una pelea que dejó varios heridos y uno de los dueños detenido por desobediencia a la autoridad. Los propietarios de tres de los pisos, que pertenecen a una misma familia, han denunciado robos, no se atreven ni a hablar ni a enseñar sus heridas. El miedo les impide, incluso, volver a sus casas a disposición de los okupas del pueblo que, dice el alcalde de Camas, Rafael Recio, no han querido encauzar su situación ilegal recurriendo a la ayuda de los servicios sociales. Han impuesto su anarquía vecinal como hicieron unos chicos adueñándose de las casas de un barrio de Córdoba a plena luz del día sin intimidarles ni el tapiado ni la seguridad que contrataron los vecinos. En Madrid hay grupos mafiosos que se apoderan de las viviendas y, después, cobran un alquiler para que otros vivan en ellas.Amenazan a los dueños para que no denuncien. Advertencias que, en un barrio de la capital, sonaban, incluso, a disparos en mitad de la noche.
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