Pedro Sánchez necesitaba llegar a la sesión de control del Congreso de este miércoles, planteada por el PP como una auténtica ofensiva por el caso Koldo —la amnistía ya ni la toca—, con José Luis Ábalos fuera de la Cámara baja. No lo consiguió porque el exministro se aferró a su escaño y pasó al Mixto, pero la actuación tajante de su dirección le servía como escudo. Y el presidente lo utilizó frente a Alberto Núñez Feijóo: el Gobierno y el PSOE "colabora" con la Justicia, rinde cuentas y "asume responsabilidades políticas", le dijo, sin mentar a Ábalos. "Llegamos para desterrar la corrupción y usted para taparla", le lanzó al jefe de los populares, que considera al exsecretario de Organización socialista y apunta directamente a Sánchez y al actual responsable del aparato, Santos Cerdán. Ábalos no estaba sentado en su nuevo asiento en el hemiciclo, en el Grupo Mixto: ya ayer, cuando anunció su decisión de no acatar la directriz de Ferraz, adelantó que no acudiría a esta primera sesión de control después del estallido del caso Koldo. Él se fue a la radio a hacer dos entrevistas, a RAC1 y a Onda Cero.
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