Hace muchos años, vivía en un pequeño pueblo un hombre humilde llamado el Jorobado, por la gran joroba que llevaba en su espalda. Él era una persona bondadosa y siempre dispuesta a ayudar a los demás, a pesar de su apariencia. Sin embargo, los jóvenes lo ridiculizaban constantemente y muchas personas evitaban su compañía por su apariencia.
A pesar de todo, el Jorobado llevaba una vida pacífica y con resignación aceptaba su destino. Sin embargo, tenía un fuerte deseo en su corazón de encontrar el amor. Se había enamorado en secreto de María, una joven del pueblo hermosa y amable. Ella era famosa no solo por su belleza, sino también por su bondad. Pero su corazón tenía un fuerte deseo de encontrar el amor. Se había enamorado en secreto de la hermosa y amable joven del pueblo llamada María. Ella era conocida no solo por su belleza, sino también por su bondad.
A pesar de todo, el Jorobado llevaba una vida pacífica y con resignación aceptaba su destino. Sin embargo, tenía un fuerte deseo en su corazón de encontrar el amor. Se había enamorado en secreto de María, una joven del pueblo hermosa y amable. Ella era famosa no solo por su belleza, sino también por su bondad. Pero su corazón tenía un fuerte deseo de encontrar el amor. Se había enamorado en secreto de la hermosa y amable joven del pueblo llamada María. Ella era conocida no solo por su belleza, sino también por su bondad.
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TVTranscripción
00:00De pueblo en pueblo por las costas y llanuras, de pueblo en pueblo la montaña, el capital.
00:18Por los caminos de Miramar caminaba un buen hombre, que sufría algunas deformidades en su humilde humanidad.
00:24Busca algo.
00:26Buenas.
00:27Buenas, señores. ¿Qué le podemos servir?
00:31¿Quieren cola?
00:32Claro, las mejores.
00:37Dame un tostél.
00:39Un tostél, señor.
00:40No, mejor no.
00:41¿Usted qué es de por aquí? ¿Usted no conoce a Rosalía?
00:46¡Jesús!
00:48¿Por Rosalía Sancho?
00:50¿Para qué la quiere?
00:52Es que tengo que hacer una diligencia con ella.
00:54Eh...
00:59Bueno...
01:02Ve usted aquella cerca.
01:06Crúzela.
01:08Verá un trillillo. Siga derecho, sin desviarse hacia ningún lado.
01:14Al terminar el empedrado, habrá un portillo a mano derecha.
01:18Entre.
01:20Y llegará a una piedra grande y negra.
01:24Eh... sin ofender al presente, ¡ay!
01:28A la par, un árbol de naranja.
01:31Alguien, requete seco.
01:34Eh... cuídese, para que no pegue la cabeza en él, y se vaya a espinar.
01:41Llegará a un riachuelo, y ahí divisará un trillo.
01:46Sígalo y verá la casa de Rosalía.
01:50Eh... la que usted busca.
01:53Es bruja.
01:55Cuídese.
01:57No.
02:00Eh... qué calor.
02:03¿Cuánto le debo?
02:05Cinco pesos, señor.
02:08¿Qué?
02:11¿Y esto que no pegue el tostél?
02:13Cinco pesos.
02:21Lo único que han dado.
02:24Eh, señor. ¿Quiere algo para la sed?
02:28La mejor agua caliente de aquí de los pueblos.
02:35Come, señor, y después me dice si se le quitarán los nervios.
02:41¿Está fuerte?
02:43¿Está bueno?
02:45Sí, fuertísimo.
02:53Ahora sí se me calenté por dentro.
02:56Bueno, me voy.
02:58Sí, señor.
03:00Sígueme.
03:02Sígueme.
03:04Sígueme.
03:06Sígueme.
03:08Bueno, me voy.
03:10Hasta luego.
03:18Eh...
03:20Recuerde lo que le dije.
03:23Es bruja.
03:25Cuídese.
03:27Ahí va, con la esperanza de encontrar a la persona que busca.
03:37La piedra negra, me falta el río.
03:42Ya lo oigo, ya estoy segura.
03:47Allá viene, en dirección a la quebrada que llaman Las Huacas.
04:08Allá está la casa.
04:10Esa debe ser.
04:13Uy, ya casi llegué.
04:25Upe.
04:29Upe.
04:31Buenas.
04:33Rosalía Sancho.
04:34¿Puedo servirle?
04:35Mire, vea, es que yo tengo aquí un problemita, ¿verdad?
04:39En la espalda y otra aquí en la boca.
04:42Casi no se me notan, pero vivo acomplejado.
04:45Y a mí me dijeron que usted me podía ayudar, ¿vea?
04:48Sí, sí, cómo no.
04:49Pase, aquí hacemos de todo.
04:50Pase, pase.
05:00Ahí está.
05:02Ahí está, desde hace más de 20 años, cuidando a los gatos y mis escobas.
05:09Siguió jetudo y jorobado, pero encontró esposa, porque bebió el agua de Las Huacas.