Todos lo hemos hecho alguna vez: hojear las condiciones de servicio o las políticas de privacidad, echar un vistazo a la jerga legal y hacer clic rápidamente en "Acepto".
Pero lo que a menudo pasamos por alto en nuestra prisa por instalar aplicaciones o utilizar servicios en línea puede poner en peligro nuestra información personal.
Una encuesta realizada por Deloitte en 2017 reveló que el 91 % de los consumidores estadounidenses acepta los términos sin leerlos; el 97% entre jóvenes de 18 a 34 años.
Un estudio más reciente de ‘ProPrivacy.com’ descubrió que la cifra puede ser aún mayor.
Cuando se les pidió que aceptaran unas condiciones, sólo 1 de cada 100 participantes las leyó, a pesar de cláusulas ridículas como la de permitir el acceso de dron a sus casas.
Estos estudios ilustran un problema generalizado: la mayoría de nosotros no sabemos lo que estamos firmando.
Incluso cuando se ofrecen recompensas, la mayoría de la gente se salta los términos y condiciones.
Un profesor de Georgia, Donelan Andrews, ganó 10.000 dólares en 2019 por detectar un premio oculto en las condiciones de una póliza de seguro de viaje.
Sin embargo, estos casos son raros, y muchas empresas utilizan engaños para ilustrar la poca atención que presta la gente a lo que firma.
Los riesgos son importantes. Al aceptar ciegamente las condiciones, permitimos que las empresas recopilen, almacenen y compartan datos personales sensibles.
Parte de la información puede utilizarse para publicidad dirigida, otros datos llegan a manos de aseguradoras médicas, empresas o incluso organismos gubernamentales.
‘ProPrivacy.com’ advierte de que ignorar estos documentos puede suponer renunciar a derechos sobre los datos personales, como el seguimiento de nuestra ubicación o nuestros derechos de imagen.
Ray Walsh, defensor de la privacidad de los datos en ‘ProPrivacy.com’, recomienda revisar algunas áreas clave de las políticas de privacidad o las condiciones de servicio.
Busa secciones en las que se hable de compartir datos con "terceros", "afiliados" o "socios publicitarios", y presta atención a términos como "licencia perpetua" o "retención".
Estos términos pueden revelar si tus datos se venden, cuánto tiempo se almacenan y si puedes optar por no participar en estas prácticas.
Si no tienes tiempo para leer a fondo los documentos, herramientas como la extensión para navegador de ‘ToS;DR’ (‘Terms of Service; Didn't Read') pueden ayudarte.
Este servicio clasifica las condiciones de servicio de Clase A (muy buenas) a Clase E (muy malas), destacando posibles problemas y simplificando el proceso.
En última instancia, leer las condiciones de servicio puede parecer tedioso, pero es un paso fundamental para proteger tu privacidad.
Pero lo que a menudo pasamos por alto en nuestra prisa por instalar aplicaciones o utilizar servicios en línea puede poner en peligro nuestra información personal.
Una encuesta realizada por Deloitte en 2017 reveló que el 91 % de los consumidores estadounidenses acepta los términos sin leerlos; el 97% entre jóvenes de 18 a 34 años.
Un estudio más reciente de ‘ProPrivacy.com’ descubrió que la cifra puede ser aún mayor.
Cuando se les pidió que aceptaran unas condiciones, sólo 1 de cada 100 participantes las leyó, a pesar de cláusulas ridículas como la de permitir el acceso de dron a sus casas.
Estos estudios ilustran un problema generalizado: la mayoría de nosotros no sabemos lo que estamos firmando.
Incluso cuando se ofrecen recompensas, la mayoría de la gente se salta los términos y condiciones.
Un profesor de Georgia, Donelan Andrews, ganó 10.000 dólares en 2019 por detectar un premio oculto en las condiciones de una póliza de seguro de viaje.
Sin embargo, estos casos son raros, y muchas empresas utilizan engaños para ilustrar la poca atención que presta la gente a lo que firma.
Los riesgos son importantes. Al aceptar ciegamente las condiciones, permitimos que las empresas recopilen, almacenen y compartan datos personales sensibles.
Parte de la información puede utilizarse para publicidad dirigida, otros datos llegan a manos de aseguradoras médicas, empresas o incluso organismos gubernamentales.
‘ProPrivacy.com’ advierte de que ignorar estos documentos puede suponer renunciar a derechos sobre los datos personales, como el seguimiento de nuestra ubicación o nuestros derechos de imagen.
Ray Walsh, defensor de la privacidad de los datos en ‘ProPrivacy.com’, recomienda revisar algunas áreas clave de las políticas de privacidad o las condiciones de servicio.
Busa secciones en las que se hable de compartir datos con "terceros", "afiliados" o "socios publicitarios", y presta atención a términos como "licencia perpetua" o "retención".
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Este servicio clasifica las condiciones de servicio de Clase A (muy buenas) a Clase E (muy malas), destacando posibles problemas y simplificando el proceso.
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